La caída histórica de los precios del crudo hace que analistas se replanteen las previsiones macroeconómicas del país en 2020, pero aseguran que aunque la cotización del petróleo venezolano llegue a $20 será insuficiente para una economía ya en descalabro
Ahiana Figueroa | @ahianaf / TalCual
La deteriorada economía venezolana verá caer en 2020 sus recursos en divisas a 4.000 millones de dólares, aproximadamente, por lo tanto no aportará ingresos al Fisco. Este es el panorama del país frente al descalabro histórico de los precios del petróleo en el mercado internacional, un país empobrecido en sus finanzas públicas y con un tamaño de la economía similar a la de naciones centroamericanas como Honduras y Nicaragua.
Analistas sostienen que Venezuela se encuentra hoy inmersa en una tormenta perfecta a la cual le será difícil enfrentar: disminución significativa de la producción de Pdvsa y la abrupta caída histórica de la cotización del crudo ocurrida el pasado lunes 20 de abril.
Este martes, hubo una leve mejora en el aún golpeado mercado petrolero lo que hizo que la cotización de la cesta de petróleo venezolano alcanzara en la tarde 5,64 dólares, luego de mostrar un -28,05 dólares en la jornada del lunes. Esta situación sumada a la pérdida de más de 2,3 millones de barriles diarios de producción, empeoran las ya descalabradas finanzas de la administración de Nicolás Maduro.
El economista Leonardo Buniak sostiene que la cotización del crudo venezolano en estos momentos es igual a cero. Es decir, el ingreso de Venezuela es también igual a cero y en consecuencia no tiene capacidad para importar combustible ni bienes y servicios.
«Venezuela atraviesa por una coyuntura particular muy especial, ya que sin blindaje asiste a una verdadera tormenta perfecta: uno el declive de la producción (lo cual ya no es importante en este momento) y segundo, hay un hundimiento del mercado petrolero», recalcó.
El país ya tenía un problema financiero y fiscal importante por la caída de la producción petrolera que se profundizó desde 2013, y por la baja de los precios que se observan desde el pasado año. Pero ahora, ¿cuál es el escenario para la nación cuando 97% de sus ingresos que se contabilizan en la balanza de pagos proviene del petróleo?
El panorama que prevé Buniak para Venezuela es de mayor inflación y recesión. Explica que a la gestión chavista no le ha quedado otra que volver activar la máquina de producir dinero para cumplir con sus compromisos internos, no genera dólares y acumula una serie de distorsiones. Es por ello que a la población le espera una inflación mucho mayor, desempleo, caída del poder adquisitivo y pobreza extrema.
«Venezuela es una economía petrolera y por no estar diversificada su viabilidad está seriamente comprometida. Ya previo al covid-19 viene de una contracción económica de 35%, acumula 24 trimestres consecutivos de recesión, en medio de una espiral inflacionaria. Con la restricciones fiscales que ha hecho la administración de Maduro, calculábamos una inflación de 4.000% y una contracción de 10% en 2020, pero los pronósticos han cambiado radicalmente por lo que ahora estimamos una caída mayor al 20%», dijo durante una entrevista con Vladimir Villegas.
La caída de la producción de Petróleos de Venezuela es de 78% con respecto a 2013 (año en cual Maduro asumió el poder). Según las cifras oficiales reportadas a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se exportó en marzo 660.000 barriles diarios (b/d). De ese monto solo 16% del total es producción propia de la compañía estatal, es decir, 105.000 b/d. El resto es producido por empresas mixtas.
Por otra parte, las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela (BCV) se encuentran en $6.374 millones, la cifra más baja en 30 años. Mientras que el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), un mecanismo de ahorro administrado por este organismo, apenas cuenta con $3 millones luego de haber alcanzado $6.227 millones en 2001, pero que fue bajando por los constantes retiros ejecutados incluso en épocas de altos ingresos petroleros.
El diputado de la Asamblea Nacional, José Guerra, coincide con que «es una catástrofe» para Venezuela el colapso histórico de los precios del petróleo que hubo este lunes en el mercado petrolero.
«Inclusive si el precio del crudo aumentara hasta 20 dólares por barril, el país recibirá 4.000 millones de dólares solamente durante este año, con lo cual no puede pagar la nómina de empleados públicos ni las pensiones del Seguro Social».
Señala el diputado que esto ocurre justamente en un momento en el que la nación petrolera no cuenta con ahorros y altamente endeudada, producto de los manejos de la política económica del chavismo en los últimos 20 años.
Por otra parte, la población venezolana padece de la escasez de combustible (gasolina y gasoil) y de gas doméstico, lo cual parece no resolverse en mediano plazo debido a la crítica situación financiera de la propia Pdvsa.
Luis Pachecho, presidente de la junta directiva ad hoc de Pdvsa designada por el gobierno interino de Juan Guaidó, resalta igualmente que la industria petrolera «está en absoluta minusvalía», por lo que es indiscutible las consecuencias de este colapso para el régimen de Maduro y la industria petrolera nacional.
«En este momento eso es como patear a un moribundo. La industria petrolera está en absoluta minusvalía, con los precios de hoy en día, ninguna producción en Venezuela cubre sus costos», afirmó en una entrevista a La Gran Aldea.
Coincide Buniak con que debido a la disminución significativa de la exportación de petróleo en las últimas semanas y la baja de los precios del mercado mundial, le van a originare al régimen enormes e inocultables dificultades financieras. «¿Cómo está haciendo el régimen para conseguir recursos? Eso no lo puedo contestar desde la distancia».
Acuerdo ya
Pocas alternativas para recuperar las finanzas del país le quedan al mandatario Nicolás Maduro, impactado por las sanciones individuales, financieras y petroleras de Estados Unidos y ante el menor interés de su aliados políticos China y Rusia para entregar un auxilio monetario.
Leonardo Buniak sostiene que la actual administración debe dar espacio al sector privado en el mercado interno de hidrocarburos. Recuerda que mientras más pozos petroleros se cierren será cada vez más costoso, ya que los convencionales como es el caso de la mayoría de los pozos en Venezuela, tardan entre ocho a nueve meses para su reactivación.
«Sería una buena oportunidad para aprobar la importación de gasolina por parte de privados, entregar en comodato las estaciones de servicio y permitir vender el combustible a precios internacionales, como sucede en muchos países productores de crudo», indicó Buniak.
No obstante, el economista cree posible una recuperación llegando al cuerdo necesario que requiere la nación. «Maduro puede utilizar en estos momentos la llamada del amigo, es el momento para un gran acuerdo nacional, todas las partes tendrán que ceder. Venezuela es un país con gran capacidad de recuperación, este es un problema que tiene viabilidad«.
El diputado José Guerra también hace un llamado para la conformación de un gobierno de emergencia nacional que encare la crisis del coronavirus, la crisis económica, abra el crédito internacional y le permita con esos recursos entregar un subsidio de $100 a cada familia venezolana durante la emergencia.
«Proponemos además hacer una moratoria acordada con Rusia y China sobre la deuda por 3.200 millones de dólares que se deben cancelar este año y congelar el gasto militar, pero lo fundamental es que se llegue de inmediato a un acuerdo de emergencia nacional», apuntó.
Luis Pachecho sostiene que lo ocurrido en el mercado petrolero es una coyuntura y que este negocio es de largo aliento, por lo que «hay que tomar decisiones heroicas».
«En el mediano plazo y con precios que estén entre 40 y 50 dólares por barril, la mayoría, por no decir todos los campos petroleros venezolanos, serán rentables. Eso sí logramos condiciones fiscales y los arreglos institucionales que sean atractivos para los inversionistas extranjeros. Esto vale para los proyectos de crudo pesado de la Faja, para los de crudos livianos tradicionales, también para la recuperación del Lago de Maracaibo y la infraestructura gasífera».