Las sanciones no son un medio eficaz para ejercer presión sobre un país: al contrario, hacen aumentar el gasto en defensa, el cual, a su vez, estimula la economía, sugiere un estudio publicado en la revista Armed Forces & Society.
Esta hipótesis de un grupo de politólogos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ha quedado demostrada con el ejemplo de Irán, que se sufre sanciones desde 1979 y ahora ha publicado sus estadísticas económicas desde 1950.
La conclusión del estudio es que las sanciones económicas constituyen una dudosa herramienta para las relaciones internacionales.
Con frecuencia las sanciones obligan a los Estados que las sufren a no solo no cambiar su política, sino, por el contrario, a insistir en su determinación de fortalecer al Ejército y otras fuerzas de seguridad para resistir la agresión extranjera, ya sea esta imaginaria o verdadera.
«Las sanciones golpearon a Irán, pero el crecimiento de los gastos de defensa mucho impulsó aún más su economía. En consecuencia, este país se ha hecho en realidad más fuerte después de la imposición de sanciones», señaló el líder del estudio, Bruce McDonald.