El conflicto Rusia-Ucrania ha obligado a los norteamericanos a repensar sus estrategias en materia energética y su visión sobre Venezuela, hasta el punto de haberse reunido con N. Maduro para explorar opciones [ US Officials Travel to Venezuela, a Russia Ally, as the West Isolates Putin – The New York Times (nytimes.com) ] que incluyen la materia petrolera y gasífera.
El temor de una recesión económica a gran escala ante el imparable crecimiento del fósil está hoy más vigente que nunca. El WTI se cotizaba el 8 de Marzo sobre $125, ante las expectativas del anuncio de sanciones y bloqueo a las exportaciones rusas desde la administración Biden, las cuales no sacarían del mercado la totalidad de sus 4.8 MMBPD de crudo, pero si dificultaría el acceso a las mismas. Se estima incluso que el barril pudiese superar los $150, lo cual pondría contra la pared a todas las economías consumidoras como la de EEUU.
A Venezuela se le ha abierto una nueva ventana de oportunidad como pieza clave en el tablero energético mundial, que debe saberse aprovechar apartando prejuicios políticos en dichas negociaciones. Ese parece ser el caso reciente de Maduro, quien aplaudió públicamente la llegada de dicha comisión a nuestro país.
Abrirse a negociar con la OECD, con EEUU y la UE sin complejos, debe ser la clave; Venezuela debe saber reinventarse. Lo cierto es que a nadie le debe de quedar dudas, sobre la magnitud del peso específico que mantiene Venezuela para la región y para el mundo, aún bajo las circunstancias actuales.
No es que el Venezolano deba ser ingenuo. Dicha acción es pura y simplemente negocios, no es que EEUU quiere ayudar a Venezuela, es cuestión de necesidad y conveniencia; mutua. Al «establishment» en realidad poco le importa Venezuela. Poco le importaron Guaido, sus seudo embajadores y seudo funcionarios, para hablar directamente con Maduro, reconociendo a este de facto y por ende desconociendo al primero.
Bajo esa misma óptica el gobierno de Maduro debe procurar saber negociar para sacar el mayor provecho y es allí, en la ausencia de dicha capacidad, donde está el verdadero meollo. No existe dentro de PDVSA, ni el MENPET, ni en el gobierno, talento para saber negociar la materia petrolera y gasifera sin salir «lastimados». Para muestra basta solo mirar las Asociaciones de Servicio Compartido o las Empresas Mixtas, donde ninguno ha honrado su plan de producción y actividad.
Maduro al abrirse a EEUU crea inmediatamente por descarte fricciones con Moscú y Cuba que no serán fácilmente olvidadas. Aunque bien sospechamos que la decisión de Maduro fue más por conveniencia personal y sobrevivencia en 2024 que por interés nacional, desde nuestra palestra apoyamos siempre las posturas nacionalistas. Venezuela Primero!
El Potencial de Venezuela
Venezuela no es solo crudo pesado. Nuestro pais posee sobre 26.000 millones de barriles de reservas (P1+P2) de condensado/liviano/mediano (C/L/M), aparte de cerca de 200 BCF de gas estratégicamente ubicado, sin incluir las mayores reservas de pesados del mundo.
Tan solo las reservas de C/L/M representan un volumen de alrededor de 4 veces las reservas de México, 3 veces las de Guyana y 2 veces las de Brasil. Pero eso no es todo, no existe provincia petrolera y gasífera en la región y quizá en el mundo, que compita contra una PDVSA bien manejada en costos de producción. Estos podrían llegar a ser inferiores a $7 por cada barril.
Mas allá de los augurios apocalípticos y cifras infundadas de la moribunda mitocracia, la inversión asociada [ Einstein Millán Arcia: ¿Cuánto necesita Pdvsa para alcanzar 3 MMBPD? – Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org) ] a una eventual recuperación de nuestra industria hacia los 3.000.000 BPD, no excedería los $12.200 millones anuales, que incluye aparte del resto de la cadena de valor descrita en artículo anterior, el plan de aceleración siguiente, que no considera el nuevo escenario con empresas de calibre como socios;
Sin embargo, ante una apertura petrolera que incluya la figura de operador integral y las empresas mayores norteamericanas como socios, el esquema de inversión anterior pierde sentido, ya que no sería PDVSA quien expondría dicho capital, y no sería tampoco dicho capital, extensivo a toda su cadena de valor, sino a operaciones y segmentos bien específicos.
Partiendo de la premisa anterior, de Venezuela (PDVSA + nuevos socios) negociar correctamente con EEUU, nuestra industria estaría en capacidad de lograr hacia el cierre de 2022 una producción de entre 1.500.000 BPD a 1.700.000 BPD fácilmente, con miras a lograr para el cierre de 2023 un nivel cercano a los 2.000.000 BPD.
Las acciones que en consecuencia debe procurar Maduro deben abarcar el racionalizar operaciones, abrir espacio para revertir las medidas de confiscación de empresas de servicio iniciadas por Ramírez y aprovechar para migrar de vuelta el personal hacia las mismas. Y quizá lo más prioritario; ejecutar cambios profundos en la directiva de PDVSA y el MENPET.
Por: Einstein Millán Arcia
Fuente: Aporrea