El Sambil de La Candelaria fue utilizado durante tres años como refugio para damnificados, mientras que en los otros 11 años que se mantuvo la infraestructura expropiada, fue sometida al abandono por parte de las autoridades que nunca materializaron ninguno de los proyectos que plantearon
Durante la noche de este jueves 17 de marzo circuló en redes sociales una foto de la entrega de un documento desde uno de los despachos de la Procuraduría General de la República.
Quien recibía el documento era Freddy Cohen, propietario de la empresa Constructora Sambil. Le entregaban los papeles de propiedad de El Sambil La Castellana, un centro comercial ubicado en La Candelaria que nunca inauguró porque fue expropiado hace 14 años por el entonces presidente Hugo Chávez.
Esta información fue confirmada por la directora de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales, Claudia Itriago, quien aseguró que la cámara «tendrá un nuevo centro comercial».
La periodista de Bloomberg Raylí Luján explicó que los propietarios de Constructora Sambil negociaban con el Gobierno y finalmente se alcanzó un acuerdo. De esta manera, una de las infraestructuras comerciales más grandes de todo el oeste de Caracas regresará a sus dueños y podría rehabilitarse para finalmente inaugurar el centro comercial.
Originalmente el proyecto estaba destinado a proporcionar entre unos 3.000 y 3.500 empleos directos, ya que según sus propietarios contaba con la capacidad para alojar unos 250 locales comerciales.
Es una propiedad construida en un terreno de unos 21.600 metros cuadrados y la infraestructura, aunque no llegó a utilizarse con fines comerciales, cuenta seis niveles, dos sótanos, un sector de oficinas, un centro de convenciones, 10 salas de cine, un patio de comidas y un centro gastronómico, según indicaba su página web al momento de ser expropiado.
A mediados de 2008, durante pleno ‘boom’ petrolero con los precios en su pico más alto en la historia, Chávez protagonizaba una ola de expropiaciones a la empresa privada. Su objetivo era utilizar los bienes de los empresarios para «fines socialistas».
Cohen fue una de las víctimas de esta política. En un discurso televisado, Chávez afirmó que no dejaría que se construyera otro centro comercial en La Candelaria y ordenó al alcalde del municipio Libertador de aquel entonces, Jorge Rodríguez, a detener la obra que ya estaba prácticamente terminada y esperaba su inauguración.
En ese entonces, detalló que tenía planes de covertirla en una clínica, escuela o universidad, bajo el argumento de que un centro comercial en esa ubicación colapsaría el centro de Caracas.
Años más tarde, a raíz de los diluvios de 2011 que dejaron sin hogar a cientos de venezolanos, Chávez autorizó utilizar esta infraestructura para ofrecer un techo a los damnificados. Durante años, ciudadanos sin casa simplemente fueron radicadas en el sitio.
Tres años después, en 2014, el mismo Gobierno, pero ahora bajo la gestión de Nicolás Maduro, ordenó a desalojar la infraestructura. Unas 20 familias que aún vivían en el lugar, fueron reubicadas en un complejo de Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) en Santa Mónica.
El entonces ministro de Transformación de Caracas, Ernesto Villegas, anunciaba que tenían un plan para darle uso a la infraestructura del Sambil de la Candelaria. «Vamos a trabajar y estamos haciendo los primeros contactos y gestiones para determinar el uso final y las modificaciones que haya que hacerle a esa estructura para que se incorpore al conjunto urbano del cual forma parte también la Torre Confinanzas», detallaba en una entrevista a Unión Radio en julio de 2014.
Tras siete años, nunca se concretó proyecto alguno y en su lugar, la infraestructura fue devuelta a Cohen en un estado de abandono y desidia, según reflejaron otras fotos que circularon en redes sociales mostrando el interior del centro comercial.
Fue devuelto, luego de 14 años, el Sambil de La Candelaria a sus dueños, los Cohen.
Había sido tomado por la administración chavista para una supuesta utilidad pública, pero la expropiación no se había contemplado así, porque realmente nunca hubo un pago por indemnización pic.twitter.com/tCmgdhzFT8
— Raylí Luján (@RayliLujan) March 18, 2022