60% de las personas que sufren hambre en América Latina y el Caribe están en Sudamérica; Venezuela y Ecuador

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En América Latina y el Caribe, 56,5 millones de personas padecieron hambre en 2021, unos 13,2 millones más que en 2019, antes de la pandemia. De esa cifra, 34 millones de personas vivían en Sudamérica, según un reporte de las Naciones Unidas.

CNN

Las cifras sobre el hambre, desnutrición y seguridad alimentaria en la región fueron presentadas este miércoles en el informe de las Naciones Unidas Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022. Este reporte indica que a nivel mundial el hambre aumentó en los últimos años y se situó en 2021 entre el 8,9% y el 10,5%. Para ese año, se estimaba que el 9,8% de la población mundial estaba subalimentada. La cifra es más alarmante en América Latina y el Caribe, donde el hambre alcanzó al 8,6% de la población en 2021, la cifra más alta desde hace casi 15 años.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, la subalimentación significa que una persona «no puede adquirir alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de energía alimentaria mínimas diarias durante un período de al menos un año». El hambre es sinónimo de subalimentación crónica, según la FAO.

Algunas cifras sobre inseguridad alimentaria
A nivel global, 768 millones personas en el mundo padecieron hambre en todo el mundo en 2021, un aumento del 24% respecto a 2019: 150 millones de personas más padecieron hambre en los últimos dos años.

En América Latina y el Caribe, en 2021, 56,5 millones de personas padecieron hambre, unos 13,2 millones más que antes de la pandemia, en 2019. De esa cifra, 34 millones de personas vivían en Sudamérica, según el reporte de la FAO. La cifra se duplicó desde 2015, cuando se registraban 17,2 millones.

Ahora, desglosando por países, Venezuela (22,9%), Ecuador (15,4%) y Bolivia (13,9%) tuvieron las cifras de subalimentación más altas de la región.

El caso de Venezuela es quizá el más alarmante, pues entre los períodos 2013-2015 y 2019-2021, el hambre aumentó 18,4 puntos porcentuales, afectando a 5 millones de personas más. Actualmente hay 6,5 millones de personas que tienen «prevalencia de subalimentación», según el reporte. En el caso de Ecuador, el hambre aumentó 6,7 puntos porcentuales (afectando a 1,3 millones más de personas).

En países como Colombia, Paraguay y Perú la prevalencia de subalimentación superó el 8% y en el caso de Brasil, si bien tuvo una de las tasas más bajas de personas subalimentadas (4,1%), el país tuvo el mayor número de ellas, alcanzando 8,6 millones de personas que sufren para obtener alimentos.

Otros hallazgos:

En Sudamérica, en Perú, alrededor de la mitad de la población experimenta inseguridad alimentaria moderada o grave. En Argentina, Ecuador y Suriname, esta condición afecta a casi el 37% de la población. En Sudamérica la subalimentación aumentó un 47,2% entre 2019 y 2021, es decir, 11 millones de personas más. En 2021 el 40% de la población de Sudamérica enfrentó inseguridad alimentaria moderada o grave, comparada con el promedio mundial para ese año del 29,3%. Con este simple cambio se podría dar de comer a 1.000 millones personas 4:08 ¿Cómo llegamos hasta aquí?
El reporte de Naciones Unidas indica que la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe se vio afectada entre 2019 y 2021 sobre todo por el estallido de la pandemia de covid-19, y que en la región «fue mayor que el incremento a nivel global».

«La inseguridad alimentaria grave ha aumentado a un ritmo más rápido en Sudamérica, donde se ha triplicado desde 2014, pasando de 22 millones a 65,6 millones de personas», señala el reporte, que agrega que solo en dos años, entre 2019 y 2021, «la inseguridad alimentaria grave aumentó en 29,1 millones en Sudamérica, un aumento del 80%».

Otra de las razones que cita el reporte sobre aumento de la subalimentación y el hambre, es el alto costo para acceder a una dieta saludable, que para América Latina y el Caribe es quizá el más alto, alcanzando los US$ 3,89, muy por encima del costo global de US$ 3,54.

«Más de 131 millones de personas en América Latina y el Caribe no podían permitirse una dieta saludable en 2020», dice la FAO, que señala que las diferencias de costos en la dieta están dadas por «la producción, las exportaciones y la dependencia de las importaciones» de ciertos alimentos.

Y finalmente, el reporte señala como una razón de la desigualdad alimentaria el conflicto con Ucrania, que «está ejerciendo presión sobre los precios internacionales de los alimentos y de los fertilizantes». Debido a esto, dice la FAO, se han incrementado los precios de los principales productos de alimentos, así como los precios de la energía y los fertilizantes, algo que está comprometiendo la seguridad alimentaria en todo el mundo.

«El aumento de los precios del trigo, el maíz y el aceite de girasol dificulta el acceso a alimentos nutritivos que forman parte de dietas saludables en la región, ya que muchos países son importadores netos de estos alimentos», puntualiza el reporte.