"NUESTROS HIJOS MERECEN OTRA COSA": En Petare deben adaptarse a leyes impuestas por bandas criminales

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Petare «es un submundo». Un lugar donde desde hace años no hay módulos policiales o respeto por quienes llevan uniforme y placa.

por CARAOTA DIGITAL

La ley del más fuerte llegó y se quedó en una comunidad que deben ser resiliente. «Nos adaptamos, pero no nos acostumbramos. Nuestros hijos merecen otra cosa» nos dice una de sus habitantes. Lamentablemente el futuro no es prometedor. Nadie lo dice pero todos piensan en que no hay voluntad genuina de acabar con la dinámica del hampa y de la muerte.

Algunos testimonios que a regañadientes hablan de Wilexis dan cuenta de obras benéficas y de la limpieza del barrio de otros delincuentes que atentan contra sus habitantes. Hombres y mujeres reconoce que en zonas donde opera no los roban. Si pasa este sujeto se encarga de ellos.

«Una vez robaron a una señora en 19 de abril y supo quienes fueron. El mismo Wilexis fue hasta su casa y le devolvió lo que logró recuperar» cuentan quienes son cercanos a esta realidad.

En estados de WhatsApp quienes se sumaron al cacerolazo en apoyo decían «al César lo que es del César» «Wilexis amigo el pueblo está contigo» ó «Apoyemos al pana para poder seguir viviendo en seguridad y paz. Luego no habría arrepentimiento» de esta manera mostraban su apoyo a Acevedo.

Asombrados muchos calificaban de insólita la postura de habitantes de Petare. En redes sociales se dejaban ver teorías de síndrome de Estocolmo por la condescendencia de la gente con quien los somete a normas que no son propias de una sociedad sana.

El Síndrome de Estocolmo es un trastorno psicólogico temporal que aparece en personas que han sido víctimas de algún delito y suele mostrarse comprensivo y benevolente con la conducta de los delincuentes. Puede llegar incluso a identificarse progresivamente con sus ideas.

El Criminólogo Luis Izquiel comentó que muchos de estos delincuentes que dominan y controlan algunos sectores de Caracas y de otras zonas del país usan el dinero ganado por narcotráfico y el secuestro para obras en la comunidad.

«Muchas veces son los encargados de hacer la fiesta del Día del Niño y otros actos que se realizan en estos barrios. Son muchas veces los que financian esto y la gente comienza a verlos como una especia de Robin Hood y suben en popularidad crezca».

Se trata según explica de una distorsión de los valores sociales que ocurre frecuentemente en zonas populares. «El Coqui se ha visto repartiendo arenas y juguetes en la Cota 905».

Barrios sin policias

Desde hace muchos años dejaron de existir módulos policiales internos con presencia continua en barrios de la capital y en buena parte del territorio nacional. Izquiel aseguró que no hay estaciones en barrios como La Vega, El Cementerio, El Guarataro, Pinto Salinas ó Sarria.

«Aqui solo se hacen operativos esporádicos, muchas veces violatorios de los Derechos Humanos, los funcionarios se retiran y queda la comunidad expuesta a la situación de la que venimos conversando».