Diez días después que el Gobierno del presidente de EEUU, Donald Trump, diese marcha atrás a la suspensión de las visas a los estudiantes extranjeros matriculados en universidades que ofrezcan todos sus estudios en línea, la volvió a imponer este viernes para los alumnos nuevos.
«Los estudiantes, no inmigrantes, cuya matriculación sea nueva o se haya iniciado después del 9 de marzo no podrán ingresar a Estados Unidos para inscribirse en una institución educativa para el período otoñal (hemisferio norte) en un curso completo de estudio que se dicte 100 % en línea», anunció el servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
Según la institución, las universidades y escuelas no podrán emitir certificados de elegibilidad para la condición de estudiante no inmigrante a los alumnos nuevos o en etapa inicial, que estén «fuera de Estados Unidos y planifiquen tomar clases totalmente en línea».
En la primera semana de julio, el Gobierno de Trump anunció que no otorgaría o prorrogaría las visas de los estudiantes extranjeros que se inscribieran para tomar todos los cursos en línea, una decisión que sublevó a las instituciones de educación superior en todo el país.
La Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de inmediato iniciaron querellas legales contra la medida, y pronto se sumaron a las protestas y las amenazas de recursos legales el estado de Nueva York, la Universidad John Hopkins, de Maryland, y una coalición de estados encabezada por la fiscal general de Massachusetts, Maura Healey.
Ante esta presión, el 14 de julio, el Gobierno aceptó rescindir la suspensión de visas para los estudiantes extranjeros.
En una audiencia en Boston (Massachusetts), en la que se iba a discutir la demanda iniciada por la Universidad de Harvard y el MIT para revocar esta directiva, la jueza federal Allison Burroughs presentó la lectura de un acuerdo en este sentido al que llegaron el Gobierno federal y las instituciones académicas.
La audiencia se había programado con una duración de 90 minutos, ante la expectativa de una acalorada defensa de posiciones de ambas partes, pero en menos de dos minutos el Gobierno y las universidades se pusieron de acuerdo en la retirada de la norma.
La resolución de este caso significó que el ICE retornaría a sus directrices de marzo, que permiten que los estudiantes extranjeros permanezcan en EE.UU. aún si su universidad opta por dar la instrucción exclusivamente en línea durante la pandemia de Covid-19.
No solo las universidades y autoridades estatales se habían manifestado en contra, sino que también más de una decena de empresas del sector tecnológico, incluyendo Google, Facebook y Twitter, salieron en apoyo de la demanda contra el Gobierno de Trump.
Estas compañías explicaron que los estudiantes internacionales contribuyen «sustancialmente» a la economía de Estados Unidos, por lo que su partida hubiera amenazado la capacidad de las instituciones educativas para mantener sus «estándares de excelencia».
De acuerdo con sus cálculos, los alumnos internacionales aportaron durante el curso 2018-2019 un total de 41.000 millones a la economía de Estados Unidos, ocupando más de 450.000 empleos directos. EFE