La visita del asesor de Seguridad Nacional de EEUU, Robert O’Brien, a Colombia y Panamá, apunta a los intereses económicos en la región, así como a seguir trabajando con los aliados en poner fin a la crisis que atraviesa Venezuela
Antoni Belchi / TalCual
El asesor de Seguridad Nacional del gobierno de Estados Unidos, Robert O’Brien, inicia este lunes 17 de agosto una visita oficial a Colombia y Panamá para seguir creando alianzas con dos “socios clave” en la región latinoamericana. En entrevista con la Voz de América, O’Brien explicó que su agenda incluye abordar la situación en Venezuela y continuar trabajando con aliados para hacer frente al gobierno en disputa de Nicolás Maduro.
Además de los intereses económicos en la región, O’Brien explicó que su intención es seguir creando sinergias con sus aliados en la región para impulsar el cambio en Venezuela.
“El presidente Trump entiende que Estados Unidos debe involucrarse en nuestro vecindario y está muy preocupado por la gente de Venezuela”, subrayó mientras elogiaba al “pueblo de Venezuela” por ser “un pueblo innovador, que trabaja duro y que tiene un gran país”.
“Tienen enormes recursos naturales en Venezuela, tiene una de las mayores reservas de petróleo de todo el mundo que rivaliza con Arabia Saudita u otros países de Oriente Medio”, insistió.
Por eso, señaló que desde el ejecutivo estadounidense se va a “seguir ejerciendo la máxima presión sobre el régimen de Nicolás Maduro” para que abandone el Palacio de Miraflores.
“El propio Maduro ha sido acusado de tráfico de drogas. Y esta gente ha impuesto el socialismo a la gente de Venezuela. Han destruido el país, han destruido la economía del país, han empobrecido a la gente”, afirmó.
Con todo, se comprometió a “seguir apoyando al líder elegido democráticamente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó”, con la esperanza de que “haya un momento de paz, tranquilidad y democracia” en el país.
“Creo que eso puede suceder más temprano que tarde”, afirmó.
El aporte de EEUU al crecimiento económico de Colombia
Esta gira tiene lugar en un momento en que el presidente Donald Trump ha expresado su intención de traer de vuelta a Estados Unidos a las industrias que desarrollan su actividad empresarial en China o que se instalen en algún país aliado del hemisferio occidental.
O’Brien dijo a la VOA durante un evento el domingo en West Palm Beach, en Florida, que el ejecutivo estadounidense quiere contribuir “al crecimiento económico de Colombia”. Es esa propuesta, con una mirada al sector agrícola, con la que irá a la reunión con el presidente Iván Duque, que tendrá lugar en la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
“Queremos saber cómo podemos ser mejores socios con Colombia, cómo los estadounidenses pueden invertir en la Colombia rural y proveer oportunidades para apartar a la gente del cultivo de cocaína”, expresó el funcionario estadounidense convencido de que hay una “tremenda oportunidad” al respecto.
Beneficios en torno al sector agrícola
Robert O’Brien indicó que la inversión de capital proveniente de EEUU no solo beneficiará al sector agrícola colombiano, sino que también repercutirá en otras economías que ven un futuro incierto ante la crisis provocada por el coronavirus.
“La gente que vende tractores, que tiene hoteles, que vende autos, queremos ver un próspero sector privado de la agricultura en Colombia. Creemos que tiene sentido para los colombianos, para los estadounidenses y para los inversionistas estadounidenses”, declaró.
El asesor de Seguridad Nacional admitió que la irrupción de la pandemia en EEUU puso de relieve la gran dependencia que hay con China, ya que muchas industrias estadounidenses instaladas en el país asiático fabrican respiradores o mascarillas.
Al inicio de la crisis del coronavirus y ante una gran demanda de productos sanitarios, la importación de mercancías fue, según él, una tarea muy difícil de mantener.
“Una de las cosas que vimos durante la crisis de la covid es que era muy duro traer suministros médicos desde China, incluso si procedían de industrias estadounidenses”, dijo.
Añadió que esos “problemas” no los han tenido con sus “socios en el continente americano”, lo que da un argumento más para defender el establecimiento de industrias en la región latinoamericana.
“Por ejemplo en México, con las empresas de defensa, solo bastó una llamada a nuestro embajador. La cadena de suministró siguió fluyendo. Con algunas piezas críticas de los respiradores que se estaban fabricando en Saint Kitts y Nevis, pudimos hacer un par de llamadas y esos suministros seguían llegando”, dijo O’Brian.
“Nos dimos cuenta de que tener socios confiables, y especialmente vecinos, es una excelente manera de hacer negocios”, agregó.