“DIOS SIEMPRE SE OFRECE EN ABUNDANCIA”: el Papa en misa a la Guadalupe

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El papa Francisco celebró este sábado 12-D en la Basílica de San Pedro la misa en ocasión de la festividad de la Virgen de Guadalupe, Patrona de México y de las Américas, donde en esta vez no hizo alguna referencia a Latinoamérica como en otras ocasiones.

Panorama

Con solo pocos fieles debido a las reglas por la emergencia sanitaria, Francisco improvisó una homilía en el que reflexionó sobre tres palabras: abundancia, bendición y don.

Afirmó que la generosidad es «como un limite que tiene Dios, el de la imposibilidad de darse de otro modo que no sea en abundancia».

Y pidió que: «Contemplando la imagen de nuestra Madre hoy le pidamos a Dios un poco de este estilo suyo: el de la generosidad, la abundancia en el bendecir, y nunca en el maldecir, y que se transforme nuestra vida en un don».

 En la homilía dijo: “Dios siempre se ofrece en abundancia”, subrayó el Santo Padre. “Siempre se da en abundancia, totalmente, y donde está Dios, hay abundancia”.

Sobre  la bendición señaló: “ (…) Bendecir es ‘decir bien’, y Dios, desde la primera página del Génesis nos acostumbró a este estilo suyo de decir bien”.

Llamó la atención sobre el hecho de que Dios, “la segunda palabra que pronuncia, según el relato bíblico. es ‘y era bueno’, ‘y está bien’, ‘era muy bueno’. El estilo de Dios es siempre decir bien, por eso la maldición es el estilo del diablo, del enemigo, el estilo de la mezquindad, de la imposibilidad de donarse totalmente, el decir mal”.

 “Dios siempre dice bien, y lo dice con gusto, lo dice dándose, bien. Se da en abundancia diciendo bien, bendiciendo”, subrayó.

La tercera palabra es “don”. “Esta abundancia, este decir bien, es un don, un don que se nos da”. “Un don que se nos da en la que está llena de gracia, en la Bendita”.

El Papa celebró esta ceremonia totalmente en español con la asistencia de una representación diplomática de los países de América Latina ante la Santa Sede, una delegación de los colegios con seminaristas y sacerdotes del continente que estudian en Roma, y una representación de la comunidad latinoamericana a través de su capellanía.

Los cantos durante la ceremonia de este sábado  fueron del coro de los Pontificios Colegios Pio Latinoamericano y Pio Brasileño y al final de la misa se cantó el tradicional canto dedicado a la «Guadalupana».

La penitenciaría apostólica, por mandato del Papa Francisco, ha extendido la indulgencia plenaria a los fieles de todo el mundo que celebrarán desde sus casas este día que coincide con el 125 aniversario de la coronación de Nuestra Señora de Guadalupe.

Debido a la pandemia, la Basílica Mariana de Guadalupe estará cerrada del 10 al 13 de diciembre, para evitar las tradicionales aglomeraciones que se crean durante este período.

Fue el cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de México, el 3 de diciembre pasado, quien pidió expresamente al papa Francisco esta posibilidad.

El cardenal Aguilar en una carta dirigida al pueblo de Dios explicó que, a causa de la pandemia y otros males, miles de personas peregrinarían al Tepeyac en busca del consuelo de Santa María de Guadalupe.

Y por ello solicitó al Papa «la gracia de conceder una indulgencia plenaria a los fieles que celebren esta importante solemnidad desde sus hogares, lo cual servirá para animarnos a quedarnos en casa y evitar aglomeraciones en la Basílica de Guadalupe, con las graves consecuencias que esto podría traer debido a la pandemia».

Las condiciones para recibir la indulgencia, según se comunicaron, son: «Preparar un lugar de oración a la Virgen de Guadalupe en su propio hogar y participar a través de los medios de comunicación, siguiendo, como si lo hicieran de forma presencial, es decir, con devoción y con exclusiva atención a una de las misas que se celebrarán en la Basílica de Guadalupe, entre otras».

El pasado miércoles durante la audiencia general, al saludar a los fieles de lengua española, Francisco recordó a san Juan Diego, «a quien Nuestra Señora de Guadalupe escogió como su enviado» y pidió que «a través de su intercesión presente a la Virgen los países de América Latina, damnificados por la pandemia y los desastres naturales, para que ella, como Madre, salga al encuentro de sus hijos y los cubra con su manto».