El alma en pena del tirano Aguirre aparece en Borburata, de vez en cuando, dicen algunos longevos pobladores de esa zona, parroquia del municipio Puerto Cabello, Carabobo.
“Anoche salió de nuevo por la celebración de los Carnavales. Es que él se hace sentir cuando el pueblo se alborota” dijo sonriendo y con la mirada en el firmamento un residente de nombre Pablo.
El alma en pena del tirano Aguirre, de vez en cuando, aparece como una luz, pequeña y viva, en el valle de Santa Lucía, en Borburata, por donde antes quedaba La Salina.
Poco a poco la luz se va haciendo más y más grande, tanto que deslumbra a la par que su presencia aprieta la garganta.
Alma en pena del tirano Aguirre
La luz aumenta tanto como el miedo. Todo se ilumina, parece que todo fuera luz y de pronto, en una llamarada, la luz desaparece en Los Dos Caminos, a la entrada de Borburata, según creencia popular.
Quien la vio solo le reza a San Juan y al Cristo de la Salud, comentan.
Es el alma en pena de Lope de Aguirre, el terrible tirano que, regresando al escenario de sus viejas fechorías, espanta aun, como hizo cuando vino a la población antes de 1560.
En aquella época, cuando el oro se encontraba en las quebradas de Borburata, vinieron muchos corsarios y piratas. Llegaron Francis Drake, Juan Hawkins, Juan del Buen Tiempo, Pierre de Barcas, Lope de Aguirre y muchos otros.
Vinieron, sembraron la muerte y la desolación. Y Borburata fue abandonada. Otra época pronto empezaría, en esa población, la primera ciudad de Carabobo, dada su antigüedad.
Según el cronista del siglo XVI Ibargüen-Cachopín, el tirano Aguirre fue un explorador español y conquistador de Sudamérica que protagonizó un episodio de cruentos asesinatos selectivos para erigirse en líder de una expedición en la búsqueda de El Dorado y a su vez, acaudilló una rebelión contra la monarquía española, evento por el que fue asesinado en 1561 en Barquisimeto, Venezuela.