El régimen chino pidió que no se juzgue a los talibanes, son “más racionales” que en el pasado

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El Ministerio del Exterior chino apoyó a los fundamentalistas que tomaron Kabul hace pocos días. China comenzó hace meses conversaciones con la cúpula ultra islámica para concretar respaldo económico. Un vocero talibán anticipó que se regirán por la interpretación de la sharia

Infobae

El régimen chino realizó este jueves una férrea defensa del grupo fundamentalista talibán que tomó el poder en Afganistán y le pidió a los países democráticos no juzgar a los nuevos gobernantes de aquel país al afirmar que los extremistas islámicos se han vuelto más racionales de lo que eran veinte años atrás. Las afirmaciones fueron hechas por la portavoz del Ministerio de Exteriores de Beijing, Hua Chunying.

Hua aseguró que los talibanes se han vuelto más racionales y pidió a otras naciones que sean más “objetivas” a la hora de juzgar la situación que atraviesa Afganistán. “A la hora de abordar un problema, no debemos depender sólo de lo que ha ocurrido en el pasado, sino también de lo que está ocurriendo ahora. Esto se hace no sólo escuchando lo que se dice, sino también observando lo que se hace…”, indicó la vocera de la cancillería del régimen de Xi Jinping.

“El rápido cambio de la situación en Afganistán demuestra que el juicio que el mundo exterior emitió en el pasado sobre la nación carecía de objetividad y de una comprensión exacta de la opinión pública afgana”, dijo justificando el avance talibán sobre las poblaciones afganas. En los últimos días fueron múltiples las imágenes que se pudieron ver de miles de afganos intentando huir de los talibanes luego de que estos tomaran el control de Kabul.

Según publicó el diario South Morning China Post, Hua señaló que “los talibanes de Afganistán están hoy más tranquilos y racionales que la última vez que estuvieron en el poder. Animamos y esperamos que los talibanes de Afganistán pongan en práctica lo que han dicho en los últimos días”. China aspira a entablar prontas negociaciones con los jefes talibanes para concretar negocios que significarían un gran avance en su Nueva Ruta de la Seda.

Por otra parte, es difícil que las autoridades chinas juzguen la represión del régimen fundamentalista sobre la población cuando hace lo propio en varias regiones de su país. En Xinjiang, al norte de China, las minorías étnicas sufren todo tipo de violaciones a los derechos humanos ante la negativa recurrente de Beijing.

En las últimas horas, los propios oficiales talibanes han confirmado que el país se regirá bajo las estrictas leyes islámicas que serán confeccionadas por un consejo superior de mulás. Waheedullah Hashimi, quien tiene acceso a la toma de decisiones del grupo, explicó en una entrevista cómo será esa estructura de poder y legislativa. La estructura de poder que describió Hashimi tendría similitudes con la forma en que se gobernó Afganistán la última vez que los talibanes estuvieron en el poder entre 1996 y 2001. Luego, el líder supremo, el mulá Omar, permaneció en las sombras y dejó la gestión diaria del país en manos de un consejo.

Aún no se han resuelto muchas cuestiones sobre cómo los talibanes gobernarían Afganistán, explicó Hashimi, pero Afganistán no sería una democracia.

“No habrá ningún sistema democrático porque no tiene ninguna base en nuestro país”, dijo. “No discutiremos qué tipo de sistema político deberíamos aplicar en Afganistán porque está claro. Es la ley sharia y eso es todo”. El portavoz talibán dijo que se unirá a una reunión de los líderes talibanes que discutirán temas de gobernabilidad a finales de esta semana.

“Nuestros ulemas (eruditos) decidirán si las niñas pueden ir a la escuela o no”, agregó Hashimi a Reuters, que tiene acceso a la toma de decisiones del grupo. “Ellos decidirán si (las mujeres) deben llevar hiyab, burka, o sólo (un) velo y abaya. Eso depende de ellos”. El hiyab suele ser un pañuelo que cubre la cabeza, el burka es una túnica que lo envuelve todo, mientras que la abaya es una túnica que deja el rostro descubierto.

Durante el gobierno talibán de 1996-2001, también guiado por la ley islámica, impidieron a las mujeres trabajar. A las niñas no se les permitía ir a la escuela y las mujeres tenían que llevar burka para salir a la calle y sólo cuando eran acompañadas por un hombre de la familia.

Las que infringían las normas sufrían a veces humillaciones y palizas públicas por parte de la policía religiosa talibán. Los líderes occidentales han dicho que juzgarán a los nuevos talibanes por sus acciones, incluido el trato que dan a las niñas y mujeres.