La industria petrolera es un negocio complejo donde el talento, la experticia, el conocimiento y la tecnología privan ante cualquier decisión, dado que a menudo está siempre involucrado un factor de riesgo severo y a veces hasta catastrófico en la toma de decisión, a lo largo y ancho de su cadena de valor. Es por ello que las grandes y más exitosas empresas petroleras del mundo buscan engrosar su nómina con verdadero talento.
Por: Einstein Millán Arcia | Aporrea
Reconociendo que es un tema álgido y sin dejar de comprender la importancia que pudiese tener un trabajo repetitivo o artesanal, es aquel personal que tiene la mayor suma de responsabilidad sobre sus hombros, tanto en la visión y direccionamiento del futuro de la corporación, como en la toma de decisiones, el que es tradicionalmente mejor remunerado. Eso hay que saberlo comprender.
Ese talento, conocimiento y experticia no aparecen de gratis. Mientras más cautivo el conocimiento, mayor será su valor. Mientras más efectiva y eficiente sea una empresa, mayor es el nivel de remuneración del que gozan sus ejecutivos y sobre todo sus especialistas. Es sobre todos ellos donde recae el mayor grado de responsabilidad y el futuro mismo de la industria; repetimos, sin desmedro de la importancia del resto del personal.
Los salarios en la industria petrolera internacional poseen un amplio espectro dependiendo del país. Sin embargo, la región donde históricamente se han registrado los mejores salarios ha sido siempre el medio oriente.
En Omán, Kuwait y Saudí Arabia, por ejemplo, un ingeniero recién graduado local podría aspirar a unos US$3.500 netos de sueldo, más beneficios, mientras que un especialista podría llegar a superar los US$300.000 por año de sueldo, más beneficios. Un ingeniero recién graduado en EEUU y Europa, en corporaciones conocidas como Shell, BP o Exxon podría aspirar un sueldo similar, mientras que el sueldo promedio en dichas empresas ronda los US$110.000 a US$150.000 antes de impuestos, más beneficios, con un tope de US$250.000 para especialistas.
Los beneficios varían de país a país, de acuerdo al nivel (experiencia) específico del cargo y de la empresa, pero en general incluye seguro HCM 100% cubierto para el trabajador y su familia directa, bono anual por desempeño personal de hasta 4 veces el sueldo, bono anual por desempeño corporativo de hasta 4 sueldos, vehículo asignado, pago por vivienda, viáticos bastante competitivos para viajes de negocio y por supuesto un constante entrenamiento.
Aun con ese paquete de remuneración, dichas empresas petroleras no solo dan ganancias, sino que se ubican entre las primeras empresas con mejor desempeño financiero del mundo (fortune 500).
SUELDOS y SALARIOS MISERABLES
Para nuestro ingreso a la industria en 1979, mi sueldo era de alrededor de 4.700 Bolívares. Un ingeniero recién graduado entraba ganando un sueldo equivalente de entre US$1.100 a US$1.300, dependiendo de su nivel de preparación (postgrados, idiomas, etc). Aparte de ello, contaba con la tarjeta del comisariato, la cual le permitía satisfacer con creces sus necesidades alimentarias tanto para el como para su familia inmediata. Contaba además con un seguro integral y clínicas bien dotadas, le asignaban casa y algunos hasta vehículos. Contaba con un plan de carrera, con cursos de preparación en las áreas específicas de su especialidad, dentro y fuera de Venezuela. Había rigurosidad en los procesos y había motivación personal en ser mejor cada día.
Podríamos decir que en PDVSA hasta el entorno de 2005-06 ese era el mismo caso. PDVSA era competitiva en términos de salarios ya que permitía ahorrar, satisfaciendo las necesidades básicas de vehículo, vivienda, alimento, educación y hasta ciertos lujos a sus empleados. Había consonancia entre el costo de vida local y el nivel de ingresos al menos para la industria petrolera, a lo largo y ancho de todas sus nóminas.
Pero poco a poco a partir de 2007-08, se experimentaron grandes cambios en la escala salarial y en el nivel de retribución real percibida por el trabajador petrolero. Se comienzan a confiscar beneficios mimetizados con supuestas prebendas que luego desaparecerían. Se reducen paulatinamente los sueldos y salarios vía inflación, y se comienzan a reducir y hasta eliminar, los beneficios del plan de salud. Todo ello ocurre a medida que se super poblaba irracionalmente PDVSA con todo tipo de arribistas, se acomodaban en el pent-house hambrientos políticos y militares, y se arraigaba la corrupción como modo de vida.
A partir de 2007-08 sucede algo macabro en PDVSA, precisamente cuando estaba en su apogeo. Se tomaron las peores decisiones de negocios. Tiene inicio el declive de nuestra producción, el aumento inusitado de la accidentalidad, la expansión del gasto y costos, la institucionalización de la corrupción, y en general todo lo peor, comienza desde entonces.
Aunque desde siempre, el sector político y militar había tenido sus ojos (y algo más) puestos sobre PDVSA, los presidentes de entonces no habían accedido del todo a su politización; por lo menos de manera notoria, con la excepción de muy contados casos. A partir de 2016 agobiado por la pérdida de popularidad y la sequía del barril, el «madurismo y sus allegados», deciden defenestrar al profesional de carrera, arribando en masa paracaidistas provenientes desde el sector político y militar, en su creencia que la solucion era cuestión de «lealtad política».
La envidia e ignorancia de políticos y militares que veían al trabajador petrolero como privilegiado, los llevó a apoderarse de un espacio que no solo no les pertenecía, sino que nunca supieron, ni han sabido manejar. Pero todo tiene su costo y la consecuencia de toda esa avaricia y corrupción, resultó ser la destrucción de nuestra industria petrolera que hoy vemos.
La ignorancia de aquellos «Venezolanos» que nunca lograron comprender, que era ese mismo trabajador petrolero educado y experimentado para tal fin y que ellos consideraban privilegiado, el que precisamente ayudaba y contribuía a generar los dineros que aseguraban su misma subsistencia, la de sus familiares y la subsistencia de Venezuela misma.
Hoy, los sueldos y salarios del personal de PDVSA dan verdadera vergüenza y, aun así, aquellos trabajadores de tradición (no los recién empleados) y experiencia, que por una u otra razón decidieron permanecer en sus puestos de trabajo, hacen su mayor esfuerzo y sacrificio para cumplir con sus responsabilidades, aunque muchas veces exponiendo su propia integridad física, por las condiciones inherentes de escasez de insumos, equipos y elevado riesgo del que están rodeados.
El sueldo de un ingeniero de PDVSA de más de 10 años de experiencia no supera los ~US$60 mes, mientras que los socios gringos, rusos, chinos o indios que hace exactamente lo mismo que los criollos allí mismo en la FPO, ganan al menos sobre 100 veces más. Para colmo y como si los bajos salarios no fuera un problema lo suficientemente grande, la nómina no la pagan a tiempo [ yurimar Isabel on Twitter: «@EinsteinMillan A la fecha PDVSA no ha pagado su quincena pero la opulencia en los catering o festividades de algunas direcciones es vergonzoso. La contradicción reina ante las necesidades de quien debe comprar una medicina o comida para su familia.» / Twitter ]. Dia a día fallecen empleados por falta de atención médica [ @IvanRFreites on Twitter: «15 petroleros muertos por falta de atención médica esta última semana, @NicolasMaduro y @TareckPSUV le roban 1 mes de aguinaldo a los jubilados petroleros, y la antigua directiva de asociación de jubilados AJIP, se niegan entregar cargos al perder elecciones. LA ROBOLUCIÓN AVANZA» / Twitter ].
¿Como podría un empleado de nuestra industria, tener la cabeza fresca para producir y agregar valor en su desempeño sin haber comido, sin poder cubrir las necesidades de su familia, o sin poder edificar su propio futuro?
Parece ser un comentario de pasillos, que aun con esos salarios existen directivos y gerentes que poseen camionetas último modelo, disfrutan de viajes frecuentes al exterior, poseen lanchas, yates y viviendas lujosas. De ser verdad, con semejantes salarios no debería costar mucho el identificar corruptos en PDVSA, si así se lo propusiesen.
Todo ese ambiente de bajos salarios y poca consideración al esfuerzo del empleado incide en la autoestima y el grado de productividad del trabajador. No por casualidad, mientras en Kuwait o Arabia Saudita, la productividad unitaria supera los 120 BPD por empleado, en PDVSA no llega a 7 BPD por empleado, mientras el costo de producción en los primeros es inferior a US$10 por barril aun pagando salarios envidiables, en PDVSA es superior a US$32 por barril pagando salarios miserables. Mientras la eficiencia operacional en PDVSA es inferior al 40%, en Kuwait y Arabia saudita supera el 85%.
Como resultado de todo lo anterior tal y como dijimos inicialmente, nuestra industria pierde dinero, eleva sus costos, gasta más, pierde producción, incide con mayor frecuencia en accidentes catastróficos, derrames e incidentes, pierde competitividad, credibilidad y finalmente no compite en los mercados.
Lo cierto es que el nivel de vida de los trabajadores petroleros y sus familiares ya no es el mismo que antes. La desmejora en su nivel de vida ha sido abismal. Algunos están al borde de la indigencia, mientras que otros se rebuscan como choferes de carritos por puesto o vendedores ambulantes. El caso de los jubilados es preocupante, muchos de ellos pululan las calles de Venezuela como mendigos, al haber sido despojados de su fondo de jubilación por las mismas autoridades de PDVSA y conspiradores políticos.
En medio de toda esa desgracia que viven los Venezolanos, usted ve comúnmente una vulgar abundancia y opulencia en el madurismo y sus allegados, edificada con dineros que no les pertenece, sino que por el contrario, fueron confiados a ellos para aseguraran una mejor calidad de vida para el Venezolano de a pie.