Armando Info: El oro negro de Pdvsa colmó las bóvedas bancarias en Suiza

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Desde su pequeña lancha, Roberto ha observado el ascenso y la caída de la industria petrolera en Venezuela. Durante una década, ha transportado a los trabajadores de la estatal petrolera Pdvsa desde las orillas del Lago de Maracaibo hasta las vastas instalaciones de producción que alguna vez fueron la joya de la corona de la compañía más importante del país.

Occrp, Armando.info y Efecto Cocuyo

Pero a medida que la industria se ha ido derrumbando, también lo ha hecho su calidad de vida. “Todo ha cambiado… Se acabó”, dijo Roberto tras pedir que se cambiara su nombre por miedo a represalias. De orgulloso trabajador en la industria, que llegó a ser motor de una de las economías más fuertes de América del Sur, el lanchero pasó a ser testigo de su hundimiento, debido a una combinación letal entre mala gestión y corrupción.

Entre fraudes, sobornos y estafas monetarias adelantadas por funcionarios, contratistas y allegados a Pdvsa, el drenaje del botín venezolano se ha llevado a cabo a través de complejos esquemas donde la banca internacional y los paraísos fiscales han jugado un rol estelar. Ahora, la investigación periodística de los Suisse Secrets ubicó las fortunas que algunas de esas personas han ocultado en el banco Credit Suisse, a partir de una filtración entregada por una fuente anónima al diario alemán Süddeutsche Zeitung, que la compartió con Occrp (siglas en inglés del Proyecto de Reportería del Crimen Organizado y la Corrupción) y 48 medios aliados alrededor del mundo que revisaron cerca de 18.000 cuentas, abiertas desde 1940 hasta la década de 2010. Entre todas, acumularon fondos por más de 100.000 millones de dólares.

Con documentos judiciales de España, Estados Unidos y Andorra, se identificó a los principales implicados en estas tramas de soborno y cohecho vinculadas con Pdvsa. Luego, con los datos bancarios obtenidos, se determinó que más de 20 venezolanos vinculados a cuatro esquemas de corrupción de Pdvsa acumularon a lo largo de los años activos por más de 273 millones de dólares en 25 cuentas del Credit Suisse, y posiblemente mucho más. En algunos casos, las cuentas contenían fondos más cuantiosos que lo que hasta ahora las autoridades han hecho público.

La revisión de los registros bancarios también permitió descubrir que al menos una docena de cuentas de Credit Suisse que fueron utilizadas para el movimiento del dinero nunca han sido nombradas en documentos judiciales. Entre ellas había cuentas bancarias de 12 socios y familiares de personas implicadas en uno de los fraudes.

Casi todas las cuentas se abrieron entre 2004 y 2015, lo que abarca el período en que se produjeron estas tramas de corrupción en Pdvsa. Algunas permanecieron abiertas incluso después de que los titulares de las cuentas fueran arrestados, acusados, extraditados, se declararan culpables de graves delitos financieros o fueran señalados en medios por dar o recibir sobornos.

“Creo que las leyes del secreto bancario suizo son inmorales”, comentó la fuente anónima de la filtración en una declaración. “El pretexto de proteger la privacidad financiera no es más que una hoja de parra que cubre el vergonzoso papel de los bancos suizos como colaboradores de los evasores fiscales. Esta situación permite la corrupción y priva a los países en desarrollo de unos ingresos fiscales más que necesarios”.

Otros críticos señalan que el papel de Credit Suisse al facilitar tramas de corrupción en Venezuela y en otros países no es solo un problema interno del banco, sino que también está relacionado con las leyes suizas que fomentan el secreto bancario extremo y castigan a quienes lo denuncian.

“El sistema bancario suizo sigue siendo uno de los destinos favoritos, no solo para las ganancias de esquemas de soborno masivo como los que involucran a Pdvsa, sino para el uso de compañías como Pdvsa como vehículos para el lavado de ganancias criminales”, dijo Alexandra Wrage, presidenta de Trace, organización anticorrupción sin fines de lucro.

El Lago de Maracaibo es un recuerdo crudo de los costos de esa corrupción que llenó los bolsillos a una élite de funcionarios pero que empujó a Venezuela a la ruina. Cuando fue visitado por los reporteros en noviembre de 2021, en el sitio se veían botellas de refresco flotar en el agua sucia y una muñeca de Hello Kitty cubierta de lodo negro que había sido arrastrada a la orilla. Muchas de las gigantescas instalaciones de Pdvsa a lo largo de la costa están ahora abandonadas y cubiertas de maleza.

Roberto, que antes ganaba lo suficiente para llevar una vida estable de clase media, dice que ahora apenas logra alimentar a su familia. Está pensando en unirse a los seis millones de venezolanos que han salido del país desde 2015. “¿De qué vale tener patria si el pueblo está pasando necesidad?”, dijo. “¿Qué hago con tener la familia unida si no tengo qué darle de comer?”.

Lavando el petróleo
A más de 7.300 kilómetros del Lago de Maracaibo, al otro lado del Océano Atlántico, un antiguo alto funcionario del Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela, acusado de saquear Pdvsa, vive en las afueras de Madrid, la capital española, en una mansión con piscina valorada en dos millones de euros (alrededor de 2,36 millones de dólares).

Hace años que Nervis Villalobos no siente el calor sofocante de su ciudad natal, a orillas del Lago de Maracaibo, pues no puede volver. Enfrenta cargos de corrupción y lavado de dinero en España y en Andorra, así como en Estados Unidos y Venezuela, que han solicitado su extradición.

Como intermediario clave en la industria petrolera de Venezuela, Villalobos presuntamente recibió sobornos de empresas extranjeras a cambio de ayudarlas a conseguir lucrativos contratos con la petrolera nacional. Los fiscales españoles afirman que Villalobos actuó como testaferro de Rafael Ramírez Carreño, expresidente de Pdvsa de 2004 a 2013, exministro de Energía (2002-2013) y aliado principal del difunto líder venezolano Hugo Chávez para que la autodenominada Revolución Bolivariana consiguiera controlar la vital industria, el mayor aportador de divisas para la economía venezolana.

Documentos judiciales españoles afirman que el cargo de Villalobos lo convertía en la segunda persona con más poder en el ministerio comandado por Ramírez, donde trabajó en varios puestos de responsabilidad entre 2001 y 2006. Todavía después de que Villalobos se marchara para convertirse en contratista privado, se “paseaba por Pdvsa como si fuera un alto ejecutivo”, dijo una fuente judicial española que habló con los reporteros bajo condición de anonimato por no estar autorizada a referirse al caso.

“Nervis te ahogaría el negocio si no le pagabas. Para sobrevivir, te tenías que aliar con Nervis [Villalobos]”, declaró a fiscales españoles Mathias Krull, un ciudadano venezolano de origen alemán que representaba bancos suizos y condenado en Estados Unidos por lavado de dinero de Pdvsa, según se lee en un documento obtenido para esta investigación.

Para 2008, Villalobos ya tenía una reputación internacional por sus negocios sucios. Un informe de 11 páginas de debida diligencia, que la policía halló en archivos de Credit Suisse, esbozaba múltiples acusaciones de corrupción contra él, incluido un supuesto soborno de 2,7 millones de euros vinculado a un proyecto hidroeléctrico que se repartió con Ramírez. Pero incluso esto no impidió que Credit Suisse trabajara con él.

En 2009, afirman los fiscales españoles, la sucursal de Credit Suisse en Mónaco le abrió una cuenta a Villalobos. Poco después, otro banco suizo lo descartó como cliente por inquietudes sobre corrupción. Así que Villalobos simplemente transfirió el dinero de allí a su cuenta de Credit Suisse.

Los fiscales también aseguran que el venezolano canalizó casi 25 millones de dólares y 11,5 millones de euros a través de esa cuenta hasta que fue cerrada cuatro años después. Parte del dinero procedía supuestamente de sobornos pagados por empresas españolas por contratos energéticos, que el propio reporte interno del banco ya había señalado como sospechosos.

La diligencia del Credit Suisse al estudiar a este cliente fue tan escasa que incluso la información personal proporcionada por Villalobos era problemática: cuando los periodistas buscaron la dirección de Caracas que dio para la cuenta, descubrieron que no existía.

Luego, en 2011, Credit Suisse le abrió otra cuenta, pero en Suiza. Un mensaje de texto enviado ese septiembre muestra que el contratista petrolero venezolano, Abraham Shiera Bastidas, intervino en su nombre después de que el banco tuviera dudas sobre el origen del dinero que Villalobos quería trasladar a Suiza. Shiera después se declaró culpable de sobornar a funcionarios venezolanos, incluyendo a Villalobos, para obtener contratos de Pdvsa.

“La institución no ha aceptado el palo”, escribió Shiera a Villalobos por Blackberry Messenger, según documentos judiciales, usando jerga venezolana para referirse a la cantidad de un millón. “Me piden facturas y órdenes de compra. Ya las presenté. Espero que se resuelva mañana”.

El mensaje no nombraba el banco suizo al que se refería Shiera. Pero los datos bancarios filtrados de Suisse Secrets muestran que Credit Suisse abrió una cuenta para Villalobos solo cinco días después. Al parecer, Villalobos podría haber usado esta cuenta para recibir sobornos.

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