El Vaticano también publicó la oración del acto de consagración que se rezará en esa ocasión. «Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo», señalará Francisco
Por EFE – El Nacional
El Papa ha enviado una carta a todos los obispos y los fieles del mundo para que se unan al acto «de consagración de la Humanidad y de Rusia y de Ucrania al Corazón inmaculado de María» y pidan el final de la guerra en Ucrania, «que está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial».
«La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto», dijo Francisco en la misiva publicada este miércoles para invitar a participar en los actos «de penitencia» y «consagración» que se celebrarán el próximo viernes en la basílica de San Pedro.
«Quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la Humanidad a la Reina de la paz», explicó Francisco en su misiva.
El Vaticano también publicó la oración del acto de consagración que se rezará en esa ocasión.
En ella, Francisco pronunciará ante la Virgen: «Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes».
«Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo», señalará el Papa.
En la ceremonia de consagración que el pontífice realizará paralelamente a la que en Fátima llevará a cabo el limosnero papal, el cardenal Konrad Krajewski, Francisco agregará: «Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna».
La consagración al inmaculado corazón de María tiene que ver con los conocidos como «Misterios de Fátima», las supuestas revelaciones que la Virgen entregó a tres jóvenes pastores en la localidad portuguesa de Fátima en 1917.
La Virgen, según el segundo misterio, exigió la consagración de Rusia, que aquel año empezaba la revolución que desembocaría en su etapa soviética, o de lo contrario el país «difundiría sus errores por el mundo promoviendo guerras y persiguiendo a la Iglesia».
El papa Pío XII ya realizó este acto hacia Rusia el 7 de julio de 1952 en su Carta Apostólica «Sacro vergente anno» y el 21 de noviembre de 1964 Pablo VI lo renovó en el marco del histórico Concilio Vaticano II.