La organización precisó que «todavía no tiene suficientes elementos para determinar lo qué pasó», pero cree que «probablemente el personal de Caritas y sus familias se había refugiado en ese centro durante un bombardeo»
Por AFP – El Nacional
Dos miembros de la organización católica Caritas y cinco familiares murieron en marzo durante un ataque en Mariúpol, la ciudad de Ucrania asediada desde hace más de 40 días por el Ejército ruso, anunció este el martes la entidad religiosa.
El ataque «tuvo lugar probablemente el 15 de marzo, cuando un tanque disparó contra el edificio en que se encontraba la sede de Caritas en Mariúpol, matando a dos miembros del personal y cinco de sus familiares», indicó Caritas Internationalis en un comunicado.
La organización, especializada en asistencia a los pobres y refugiados, precisó que «todavía no tiene suficientes elementos para determinar lo qué pasó», pero cree que «probablemente el personal de Caritas y sus familias se había refugiado en ese centro durante un bombardeo».
El portal de noticias de la Santa Sede, Vatican News, aseguró que el ataque fue lanzado desde un tanque ruso y citó «fuentes locales de Caritas» no identificadas.
«La familia Caritas está horrorizada y conmovida por esta dramática noticia», lamentó el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, quien lanzó un pedido a «la comunidad internacional» para que «haga todo lo posible para detener rápidamente esta masacre».
Las fuerzas rusas siguen estrechando el cerco en Mariúpol, una estratégica ciudad portuaria, la cual quedó en gran parte destruida y la situación humanitaria es dramática.
El asesor presidencial ucraniano Mijailo Podoliak afirmó en un tuit que «decenas de miles» de personas han muerto allí y «90% de las casas» fueron destruidas.
La conquista de Mariúpol, que tenía una población de unos 500.000 habitantes, permitiría a los rusos consolidar sus conquistas territoriales en la franja costera del mar de Azov, uniendo así las regiones del Donbás con la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Según las autoridades prorrusas las pérdidas civiles eran de unas 5.000 personas y las viviendas destruidas en «60-70%».