La intención de cambiar los símbolos que representan a la ciudad de Caracas no es nueva, sino algo que data desde la gestión de Juan Barreto entre 2004 y 2008, cuando dijo que en la capital «no había nada que celebrar» cada 25 de julio.
Jhoan Meléndez / ND
Así lo asegura el cronista de Caracas, Guillermo Durand, a propósito la modificación de dichos símbolos, el León de Caracas, y cambios en el himno y la bandera decretados este miércoles de ceniza por el Concejo Municipal de la ciudad.
Durand ve en esta decisión un interés ideológico por parte del chavismo, a quienes cataloga de ignorantes por querer «manipular al caraqueño» y tergiversar la historia.
¿Qué sabe sobre el cambio de símbolos de Caracas?
– Había una propuesta del cambio de los símbolos desde hace mucho más de 10 años si mal no recuerdo, con la llamada Alcaldía Mayor con el señor Juan Barreto, cuando decía que en Caracas no había nada que celebrarse cada 25 de julio. Digamos que se había imputado lo que era la fundación de la ciudad, y de ahí viene esa idea y nombraron una caterva de supuestos funcionarios para demostrar que la historia del Caracas era una falsedad.
– Todo resultó en un descalabro porque no pudieron probar absolutamente nada. Gastaron una fortuna y simplemente todo se redujo a que eran propuestas ideológicas y políticas para tratar de engañar al caraqueño. De allí viene esa idea de cambiar los símbolos.
Entendiendo que esto no es nuevo ni sorpresivo porque la Cámara Municipal venía evaluándolo desde hace años ¿qué significa para el caraqueño el león, la bandera y el himno?
– Eso está en una ordenanza de 1983 sobre los símbolos patrimoniales, que fue modificada dos años después, y lo que implica es sobre la identidad del pasado de los caraqueños. A eso se remiten esas ordenanzas que está conformada entonces por el escudo, el himno y el pendón de la ciudad de Caracas que tiene que ver con nuestra identidad.
– ¿Qué pasa con el escudo de Caracas? Fue algo que legitimó el primer Bolívar que estuvo acá, que fue a España, consiguió una real cédula, autorizando a Santiago León de Caracas a usar su escudo de armas. Ese mismo escudo que se hicieron en todas las ciudades fundadas por los españoles no se ha cambiado. En La Habana no se ha cambiado, en Buenos Aires no se ha cambiado, en Lima tampoco y eso que ahorita tienen un supuesto gobierno revolucionario, de modo pues que estos son más revolucionarios que todo el mundo.
– Son unos ignorantes que quieren de alguna manera manipular al caraqueño, tergiversando lo que ha sido su historia sobre el supuesto de que han habido sectores de la población que fueron invisibilizados como fueron el indio y los esclavos negros. No, porque por ejemplo en el himno de Caracas, la letra habla de la Ciudad del Indio, la Ciudad del Negro, la Ciudad del 19 de Abril y es una síntesis de la ciudad de Caracas, entonces dijeron eso de manera infame.
¿Sabe si se plantean acciones para repudiar esto?
– Sí ha habido manifestaciones de repudio en contra de esas intenciones. Fíjate, una cosa muy sensata es que ha pasado más de una década para poder aprobar este despropósito de símbolos de Caracas y en esos 12 años ha habido manifestaciones de sectores vinculados a la cultura, academia y al intelecto de la ciudad. Ellos (el chavismo) metieron a unas cuantas personas afectas al régimen en la Plaza Bolívar, cuatro pelagatos, para que levantaran la mano y supuestamente legalizar la intención de cambiar esos símbolos y eso ocurrió hace más de una década.
– Esto quiere decir que nunca ha habido por parte del caraqueño una autorización para que esos símbolos de Caracas puedan ser cambiados. Eso es a lo que se resume esta acción por parte de estos concejales recién llegados al Concejo Municipal.
– Se suponía que el Concejo Municipal debería haber buscado la asesoría. Cuando a mí me preguntaron sobre eso en tiempos del señor Barreto, yo me opuse rotundamente y eso procuró mi salida del Concejo Municipal, alegando que yo estaba listo para la jubilación. Ahí se puede entender las intenciones políticas e ideológicas que tiene el régimen para tratar de engañar la credulidad del caraqueño y poner cosas que no son ciertas acerca del pasado de la capital.