Médicos Integrales de Venezuela son cuestionados por su formación en Colombia

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Hoy es Colombia el país que está “alarmado” por las pretensiones de querer dar luz verde al ejercicio legal de los Médicos Integrales Comunitarios (MIC) formados en Venezuela. Mucho se ha especulado sobre estos profesionales, pero ya países como Perú llevan años advirtiendo sobre la “poca formación” que presentan los mismos.

El Tiempo

Entre los años 2007 y 2008, con apoyo de la Misión Médica Cubana en Venezuela, se creó la Medicina Integral Comunitaria, cuyo pensum fue elaborado en conjunto con los profesionales cubanos, el Ministerio de Educación Universitaria y el Ministerio de Salud en Caracas.  

Se creó con un plan de estudio de seis años, pero impartido en universidades experimentales o recién creadas como la Universidad Ciencias de la Salud Hugo Chávez.

Hasta el 2018, el Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria (PNF-MIC) había titulado a 24.819 profesionales de la salud, de los cuales 1.336 eran extranjeros, incluyendo colombianos, según reportes del Estado.

La última graduación fue en marzo de este año. En un acto encabezado por el presidente Nicolás Maduro, 1.700 personas recibieron su título de médico.

En Colombia, el Colegio Médico alertó en días recientes del riesgo potencial que significa para el país que los Médicos Integrales Comunitarios tengan la posibilidad de convalidar sus títulos y ejercer. Sin embargo, la Directora de Recursos Humanos del Ministerio de Salud colombiano, Edilma Suárez, aclaró que la situación surgió de una conversación que se tuvo entre la entidad a la que representa y el Mineducación, en la que participaron algunas organizaciones del gremio.

Desde 2009 por decreto presidencial se celebra el Día del Médico Integral Comunitario en Venezuela, en honor a Ernesto “Che” Guevara. Además en 2011 la Asamblea Nacional sancionó la reforma parcial de la Ley del Ejercicio de la Medicina, con ello se aprobó incluir el título entre los autorizados para ejercer la profesión.

La Federación Médica de Venezuela (FMV) y el Colegio de Médicos han sido categóricos al rechazar el ejercicio de los MIC, alegando que no cuentan con la formación académica necesaria y que lo que reciben en las aulas de clases son conceptos políticos.

Estos mismos reclamos se han extendido al ejercicio de los médicos cubanos en Venezuela, quienes según la Federación y el Colegio tampoco cuentan con las credenciales necesarias para ejercer, comprobado en casos de mala praxis.

El presidente de la FMV, Douglas León Natera, ha reiterado desde hace varios años que los países deben estar muy atentos y validar los títulos de los profesionales venezolanos para evitar cualquier engaño, pues uno de los principios para ejercer es estar inscrito en el Colegio de Médicos y los MIC no poseen estas credenciales.

Caso contrario de los médicos graduados en las universidades tradicionales del país, quienes cuentan con la calificación necesaria reconocida internacionalmente.

2 COMENTARIOS

  1. Prácticamente ninguna profesión es tan delicada de ejercer como la Medicina, pues son vidas humanas las que entran en juego. Desgraciadamente, el régimen chavista y sus secuaces, en su afán de hacer adeptos, han hecho demasiada demagogia en asuntos tan delicados como lo es poner en riesgo la salud de sus propios ciudadanos, riesgo que puede llegar a ser mortal. Personalmente, puedo entender que muchos jóvenes se hayan sentido atraídos por ver sus sueños realizados al ingresar a una institución que les ofrece cursar y graduarse como médicos, en un país donde el acceso a las facultades y escuelas de medicina era muy restringido y altamente exigente. Pero hay que ser conscientes de que obtener una titulación de médico en una institución que no está debidamente calificada para otorgarla, que no está avalada por el colegio profesional de médicos, que no puede dar garantías de una formación óptima y equilalente a las instituciones que han demostrado ser excelentes almas mater de esta profesión, es arriesgarse no solo al rechazo de las autoridades en otras latitudes, sino también de la mayoría de la población, quienes con mucha razón sentirán miedo de ponerse en manos de dudosa calidad. Además, es arriesgarse a cometer crasos errores en la práctica de la profesión que pueden llevarlos a perder vidas de pacientes y a juicios penales por mala praxis.

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