Elementos de la Guardia Nacional de Estados Unidos reforzaron este viernes las barricadas de alambre de navaja y de malla en la frontera Juárez-El Paso a pesar de una demanda del Gobierno federal estadounidense para retirar esta barrera que migrantes tildaron de «inhumana» y ambientalistas dijeron que es un riesgo para el ecosistema.
“Es horrible ver esas púas, es algo psicológico que te quedas traumado” dijo a EFE la ecuatoriana Érika Macías con su bebé de seis meses en brazos, minutos después de acercarse hasta las barricadas y regresar llena de miedo a que su hijo sufriera lesiones con las navajas de la alambrada.
“De verdad esa alambrada yo la veo como algo inhumano, uno viene luchando desde varios países y uno pasa muchos traumas”, dijo el venezolano Eduardo Díaz mientras veía cómo un grupo de unos 15 migrantes sí logró cruzar la alambrada a pesar del riesgo que implica.
En un claro desafío al Gobierno federal estadounidense, que interpuso el lunes una demanda contra el gobernador de Texas, Gregg Abbot, por la colocación de una barrera de boyas y otra infraestructura en el cauce del río Bravo.
Una docena de militares de la Guardia Nacional estadounidense reforzaron durante esta semana la peligrosa barricada de alambre de navajas justo bajo el puente Internacional Reforma, aumentándola de dos a tres niveles quedando de más de 2 metros de altura.
El lunes el Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió una orden judicial para impedir que Texas construya barreras adicionales en el río y también solicitó a un tribunal que ordene al estado que derribe las ya existentes por su cuenta.
Aunque la demanda fue puesta a raíz de las boyas, se han colocado estructuras metálicas de malla y alambradas con peligrosas navajas para impedir que los migrantes entren a territorio estadounidense y pidan asilo.
EFE