Zijin, la minera del régimen chino que busca quedarse con el oro en Colombia y el litio en Argentina

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La historia de Zijin Continental Gold está llena de desgracias. Esta compañía minera explota los yacimientos de oro más grandes de Colombia en Buriticá, Antioquia, y también tiene planes de expandirse a Argentina para extraer litio, el nuevo «oro blanco» de la industria tecnológica.

Zijin es una poderosa empresa minera estatal que pertenece al régimen chino. Es la ejecutora de la ambiciosa estrategia de Beijing para obtener recursos naturales en todo el mundo, a un costo muy bajo, especialmente en países con leyes más permisivas. Actualmente, tiene presencia en 15 países, la mayoría de ellos en América Latina, Asia Central y África.

Los vínculos de Zijin con el Partido Comunista Chino son estrechos y permanentes. De hecho, cuando el presidente de la empresa, Chen Jinghe, propuso trasladar la sede a otra provincia, las autoridades del partido local lo amenazaron, diciéndole que también debería llevarse la montaña Zijin a Xiamen. Esta montaña es el lugar donde se encuentra su mina local, que convirtió a la empresa en el mayor productor de oro y el segundo de cobre del país. Chen decidió no innovar y dejó la empresa y la montaña en Shanghang, su sede central.

En su sitio web, Zijin afirma que sigue al pie de la letra todas las normativas del régimen, al igual que cualquier empresa estatal. Incluso aplica este mandato en sus operaciones en el extranjero. También describe las funciones del Comité Supervisor, un órgano interno encargado de auditar e informar a la alta dirección sobre cada paso de la empresa estatal. El omnipresente Partido Comunista Chino está detrás de cada decisión y detalle.

Sin embargo, este riguroso comité parece pasar por alto algunos aspectos básicos: las numerosas denuncias de contaminación y explotación laboral que ha acumulado Zijin Continental Gold a lo largo de sus décadas de existencia en todo el mundo. La empresa minera que extrae y saquea oro en Buriticá, donde enfrenta extrañas disputas con los mineros locales e incluso con el Clan del Golfo, y que está comenzando sus actividades con el litio en Tres Quebradas, tiene un historial de escándalos internacionales que trata de dejar en el olvido.

En 2013, un artículo de Reuters ya mostraba el verdadero espíritu de Zijin y el poco interés de Beijing en controlar de manera transparente sus operaciones locales e internacionales. Según una fuente citada por la agencia de noticias británica, «el problema es que siguen persiguiendo las ganancias. Proteger el medio ambiente es como tomar medicamentos, y ellos no quieren eso». Han pasado diez años desde esa historia y nada ha cambiado.

En 2010, la reputación de la compañía estatal tocó fondo. Después de que 9,100 metros cúbicos de lodo tóxico provenientes de la montaña Zijin contaminaran el río Ting en Shanghang, el resultado fue devastador para el medio ambiente, con la muerte de 4 millones de peces. La empresa tardó nueve días en admitir el problema. El Comité Supervisor falló o, tal vez, prefirió fallar.
El jefe de ese consejo del partido era Lin Shuiqing, antiguo líder del gobierno local de Shanghang, quien siguió ocupando su cargo como si nada hubiera pasado. Otros altos ejecutivos de la empresa estatal también tuvieron cargos oficiales como funcionarios gubernamentales y legisladores locales. Esto muestra curiosidades de una China que en ocasiones premia a aquellos que no cumplen con sus deberes más básicos.

Dos meses después de este trágico incidente, otro desastre ocurrió con la rotura de otra represa, esta vez en la provincia de Guangdong. Aunque las autoridades locales impusieron multas a Zijin, la contaminación continuó al mismo ritmo de las operaciones de la empresa. Los desastres ambientales causados por esta minera de oro, cobre y litio más grande de China fueron encubiertos con anuncios de inversiones que ninguna empresa independiente pudo verificar, así como con obras para las comunidades locales, como una forma de apaciguar el enojo que habían generado.

Desde entonces, cuando la compañía estatal atravesó su peor crisis de imagen, Zijin ha gastado millones de dólares en lobistas y agentes de prensa para tratar de ocultar los desastres naturales causados por sus proyectos mineros en la amnesia de la historia.

Serbia también ha sufrido las malas prácticas chinas. La ciudad de Bor, en el norte, es una de las más contaminadas del país. La población local protesta porque el aire es irrespirable y el agua no es potable, debido a los altos niveles de toxicidad. Zijin Copper, como se conoce a la empresa allí, explota el complejo minero de cobre y amplía sus operaciones sin contar con permisos ni consentimiento oficial. Hace unos meses, el presidente serbio Aleksandar Vučić se reunió con Chen. Ambos sonrieron. Todo sigue igual.

Vučić prioriza los negocios sobre todo lo demás, incluso por encima de los habitantes de Bor, quienes han tenido que aceptar precios mucho más bajos por sus propiedades en comparación con el mercado, para que Zijin pueda operar. Resignados ante la voluntad del propio gobierno y del régimen chino de instalarse allí a toda costa, tuvieron que vender todo y marcharse. Miodrag Živkovic, residente local, declaró a la ONG suiza Fian International, dedicada a los derechos humanos en el acceso a la tierra y los alimentos: «Inicialmente, a mi familia nos ofrecieron un precio inaceptablemente bajo por nuestra casa y nuestras tierras. Cuando rechazamos la oferta, nos despojaron inmediatamente de nuestros cultivos y las tierras fueron entregadas a Zijin Mining».

Pero los conflictos relacionados con Zijin no terminan ahí. Hay denuncias de explotación laboral en decenas de lugares, incluida Serbia. El 14 de enero de 2021, la mina tuvo que enfrentar una breve pero ruidosa protesta. Un grupo de trabajadores se congregó frente a sus puertas después de que se conociera que había restricciones de movimiento, jornadas laborales de más de doce horas y hasta retención de pasaportes y documentos dentro del complejo. Bajo condición de anonimato, uno de los trabajadores comentó a BalkanInsight: «No somos obreros, somos prisioneros», confirmando así los abusos que estaban sufriendo.

Estos empleados de la mina estaban efectivamente atrapados, la mayoría de ellos eran trabajadores chinos, contradiciendo la promesa de que se crearían más empleos locales. La legislación laboral serbia no se aplicaba a ellos. Zijin logró que las normas locales no tuvieran efecto dentro de su complejo minero, creando así una especie de «zona de exclusión china». Este es el modelo que intenta imponer en cada lugar donde se establece.

En un intento por mejorar su imagen en Argentina, Zijin decidió patrocinar equipos de voleibol a nivel nacional en todo el mundo para identificarse con la población. Sin embargo, esto no tuvo éxito, ya que ningún serbio cambió el agua por una red patrocinada por la empresa china.

La confrontación entre Zijin y el Clan del Golfo en Colombia ha vuelto a poner a la compañía en los titulares. Los mineros locales desean continuar con la explotación de uno de los yacimientos de oro más importantes de la región, a pesar de la presencia de la compañía china. Además, el poderoso grupo criminal está involucrado en este conflicto. Ahora, el régimen chino está presionando al gobierno de Gustavo Petro por todos los medios para que brinde protección adicional en esta guerra abierta entre ambas partes.

Como suele suceder en cada país que está bajo el poder desmedido de China, su embajador es el principal impulsor y mensajero de los intereses de Beijing. Lan Hu es el encargado de esta misión. Tanto él como los altos ejecutivos de la empresa amenazan al gobierno colombiano con retirar a la empresa del país, junto con otras inversiones, si no se actúa de inmediato. Es una forma de extorsión disfrazada de trámite. Zijin busca tener un ejército que proteja sus operaciones y hay sospechas de que quiere tener la libertad de contratar mercenarios extranjeros para velar por sus intereses, al igual que el Grupo Wagner, que ya está operando en Venezuela.

En Argentina, por su parte, los problemas con los grupos ambientalistas y de derechos humanos que ven a la corporación como una amenaza en Tres Quebradas, Catamarca, están aumentando. Fiambalá Despierta, una asamblea popular en esa localidad de Tinogasta, denuncia la contaminación del agua y la «opresión» que sufren los trabajadores y los habitantes de la región. Se sospecha que el agua ya está contaminada. El gobierno de Catamarca tomó medidas y clausuró temporalmente la planta en noviembre pasado debido a irregularidades en la gestión de residuos.

Unos meses antes, en marzo de 2022, algunos de los altos ejecutivos de la empresa se presentaron ante el gobierno argentino. El vicepresidente de Zijin, Shaoyang Shen, el jefe de finanzas Leslie Shen y el gerente general de la operación local, Huang Huaiguo, posaron sonrientes para las cámaras. En ningún momento se abordaron las denuncias de contaminación y explotación laboral que pesan sobre la corporación del régimen chino. Nadie quería perderse ese momento de gloria.