Del 20 al 24 de agosto se está llevando a cabo la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, Suecia. Este evento, que se celebra anualmente desde 1991, es la conferencia principal sobre temas globales relacionados con el agua. La edición de este año se centra en la innovación y lleva por tema «Semillas de Cambio: Soluciones Innovadoras para un Mundo Sabio del Agua», invitando a repensar la forma en que gestionamos este recurso vital.
A nivel mundial, la demanda de agua se ha duplicado desde 1960 y se espera que aumente entre un 20% y un 25% más hasta 2050. El crecimiento de la población, la demanda de la industria agrícola y la falta de inversión en infraestructuras son algunas de las causas de esta situación. Si bien la demanda de agua se ha estabilizado en Europa y Estados Unidos, está aumentando rápidamente en África. Entre los países con mayor estrés hídrico se encuentran Arabia Saudita, Chile, San Marino, Bélgica y Grecia, y los cinco países con mayor estrés hídrico son Bahréin, Chipre, Kuwait, Líbano y Omán.
La escasez de agua afecta a entre 2 y 3 mil millones de personas en todo el mundo. Si no se fortalece la cooperación internacional, esta situación empeorará en las ciudades en las próximas décadas, según advierte el Informe Mundial de Desarrollo del Agua de la UNESCO y UN-Water. En la Conferencia de la ONU sobre el Agua, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, hizo hincapié en la necesidad de que los gobiernos formulen estrategias para garantizar un acceso equitativo al agua y preservar este recurso vital. Además, instó a los países a colaborar más allá de sus fronteras en la protección del agua.
La colaboración global en la gestión y uso del agua es esencial para prevenir una crisis hídrica inminente. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, subrayó la necesidad de implementar mecanismos internacionales sólidos para abordar esta crisis. Destacó que el agua es un futuro compartido y es crucial trabajar juntos para asegurar su distribución justa y una gestión sostenible.
En este contexto, L’Oréal, una empresa que se preocupa por la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, ha renovado su compromiso a través del programa «L’Oréal por el Futuro». Para el año 2030, la compañía tiene como objetivo alinear sus emisiones de gases de efecto invernadero con el escenario de +1.5 °C y reducir sus emisiones en un 50% por producto terminado. También se compromete a utilizar el agua de manera sostenible en todas las cuencas hidrográficas, preservar la biodiversidad a lo largo de su cadena de valor y limitar el impacto de sus actividades en los hábitats naturales. Además, planea que el 100% de sus ingredientes sean de base biológica y provengan de fuentes sostenibles, y adoptar un modelo de recurso circular.
En términos de iniciativas y prácticas sostenibles a nivel local, L’Oréal ha implementado diversas medidas en su Centro de Distribución en Argentina. Estas incluyen la instalación de artefactos inteligentes para reducir el consumo de agua potable, el uso de mingitorios secos y la recuperación de agua de lluvia para abastecer los inodoros. Además, se ha logrado un ahorro energético del 50% y se utiliza energía renovable para todo el consumo del centro. La compañía también ha llevado a cabo iniciativas de reciclaje de materiales y residuos, y se ha comprometido a no enviar residuos a vertederos.
Otras iniciativas sostenibles que se han implementado en Argentina incluyen el programa «Hairstylist for the Future», que busca promover prácticas sostenibles en los salones de peluquería, y diversas medidas de reducción de residuos y ahorro de recursos en el Parque Industrial Norlog.
En resumen, la Semana Mundial del Agua pone de relieve la importancia de la cooperación global en la gestión y uso del agua. Empresas como L’Oréal están liderando el camino hacia la sostenibilidad y la protección del medio ambiente a través de la implementación de medidas y programas que promueven prácticas responsables en el uso de los recursos naturales.