Gina Raimondo, secretaria de Comercio de Estados Unidos, realizó una visita a China con el objetivo de mejorar las relaciones entre ambos países y colaborar en la resolución de problemas globales. Durante su estancia, Raimondo sostuvo conversaciones con altos funcionarios chinos, incluyendo al primer ministro Li Qiang, donde enfatizó la importancia de la comunicación abierta entre las dos potencias.
Durante estas conversaciones, Raimondo señaló áreas de «preocupación global» como el cambio climático, la inteligencia artificial y la crisis del fentanilo, y expresó el deseo de trabajar en conjunto para abordar estos problemas en beneficio de toda la humanidad. También dejó claro que Estados Unidos no busca desconectar su economía de la de China y que la relación comercial entre ambos países es de vital importancia.
En sus reuniones con funcionarios chinos, Raimondo destacó que Estados Unidos no transigirá en la protección de su seguridad nacional, pero aclaró que no busca frenar la economía de China. Por su parte, los funcionarios chinos manifestaron su disposición a trabajar en nuevos esfuerzos para mantener el consenso económico y aumentar la cooperación.
Si bien las relaciones entre Estados Unidos y China se encuentran en uno de sus puntos más bajos en décadas, este viaje de Raimondo busca abrir un canal de diálogo más amplio y discutir de manera abierta las políticas comerciales y de seguridad de ambos países. En este sentido, se acordó crear un «intercambio de información» para reducir la incomprensión de las políticas de seguridad nacional de Estados Unidos.
Sin embargo, existen diferencias entre ambas potencias, especialmente en lo que respecta a las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos. China ha expresado su preocupación por los aranceles y los «subsidios discriminatorios» impuestos por Washington, argumentando que van en contra de las reglas del mercado y dañan la seguridad y estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales.
A pesar de estas diferencias, la visita de Raimondo ha sentado las bases para una comunicación más abierta y una mayor cooperación entre Estados Unidos y China en temas de interés global. Ambas potencias reconocen la importancia de trabajar juntas para abordar los desafíos que enfrenta la humanidad, como el cambio climático y el avance de la inteligencia artificial.