Brasil ha experimentado una alarmante deforestación en los últimos 38 años, perdiendo aproximadamente 96 millones de hectáreas de vegetación nativa, lo que equivale a más de dos veces el tamaño de Alemania. La mayor parte de esta pérdida se ha producido en la Amazonía, donde se han convertido en áreas urbanas o de actividades agrícolas un total de 52 millones de hectáreas de vegetación nativa, aproximadamente el tamaño de Francia.
Estos datos provienen de un informe reciente de MapBiomas, una plataforma que utiliza imágenes satelitales e inteligencia artificial para analizar el uso de la tierra. Según el informe, el 33% de toda la deforestación antropogénica en Brasil en los últimos cinco siglos ha ocurrido en los últimos 38 años, lo que ha llevado a una disminución del 76% al 64% de la proporción de vegetación nativa que queda en el país.
La deforestación ha sido especialmente intensa en la Amazonía y en el Cerrado, una sabana brasileña, donde se han convertido en áreas urbanas o de actividades agrícolas 52 millones y 31,9 millones de hectáreas, respectivamente. Sin embargo, en términos proporcionales a la vegetación existente en 1985, los biomas que han sufrido una mayor pérdida de vegetación nativa hasta 2022 son el Cerrado (25%) y la Pampa (24%).
La agricultura y la ganadería son los principales impulsores de esta deforestación. Entre 1985 y 2022, se ha observado un aumento significativo en la superficie ocupada por la agricultura en todos los biomas brasileños. En la Amazonía, esta superficie ha pasado del 3% al 16%, en el Pantanal del 5% al 15%, en la Pampa del 29% al 44% y en la Caatinga (una región semiárida en el noreste de Brasil) del 33% al 40%. En el Cerrado, las actividades agrícolas ahora ocupan la mitad del bioma (50%), en comparación con poco más de un tercio (34%) en 1985. En todo Brasil, el área ocupada por actividades agrícolas ha aumentado del 22% al 33%. Durante el mismo período, se han utilizado más de 61,4 millones de hectáreas para pastizales y 41,9 millones de hectáreas para la agricultura.
Es preocupante que este avance agrícola se haya producido principalmente en áreas boscosas, que han perdido un total de 58,6 millones de hectáreas en el período analizado. Estos datos resaltan la necesidad urgente de tomar medidas para frenar la deforestación en Brasil y proteger la valiosa vegetación nativa que queda en el país.