Los productos de higiene menstrual son de gran ayuda para evitar accidentes de manchas durante nuestro periodo. Sin embargo, recientemente, una investigación encontró sustancias químicas dañinas en productos de higiene menstrual, las cuales están relacionadas con problemas de salud graves, como cáncer, daño renal, entre otras.
Una reciente investigación publicada por la American Chemistry Society (ACS, por sus siglas en inglés) detectó altas concentraciones de sustancias químicas dañinas de perfluoroalquilos y polifluoroalquilos (PFAS), conocidas también como ‘químicos eternos’, debido a que pueden tardar años en descomponerse de manera natural.
Los químicos eternos son un grupo de más de 4 mil 700 sustancias químicas (PFAS). Las más conocidas son el perfluoroalquilo y polifluoroalquilo, las cuales son utilizadas en diversos productos que simplifican la vida cotidiana, como en sartenes antiadherentes, pulidores, ceras, envases de plástico, entre otros productos.
¿Qué problemas de salud causan los químicos eternos?
De acuerdo con información del Agency for Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR), los PFAS se relacionan con los siguientes problemas de salud: cáncer de riñón, aumento en los niveles de colesterol, cambios en las enzimas hepáticas, hipertensión arterial o preeclampsia en el embarazo, mal funcionamiento del sistema reproductivo e inmunológico, o problemas cardíacos.
¿En qué productos de higiene menstrual se encontraron químicos eternos?
Una investigación dirigida por Graham Peaslee detectó ‘químicos eternos’ (PFAS) en más de 100 productos de higiene menstrual, así como en sus empaques. Los productos examinados incluyeron toallas sanitarias, tampones, ropa interior menstrual reutilizable y copas menstruales.
De acuerdo con los investigadores, una de las principales razones por las que se podrían agregar sustancias de flúor a los productos de higiene menstrual podría ser para evitar que la sangre escape de las capas internas y manche la ropa.
Añadieron que en la mayoría de las etiquetas de los productos de higiene menstrual no suelen incluir sus componentes, por lo tanto, los consumidores desconocen qué tipo de sustancias pueden estar presentes en estos productos, lo que influye en su capacidad de elección.
Aunque el hallazgo es preocupante, considerando que los químicos eternos se relacionan con graves problemas de salud, los investigadores plantean que el riesgo aún es desconocido, ya que se necesita mayor investigación para determinar hasta qué punto estas sustancias son capaces de pasar desde los materiales al interior del cuerpo mediante barreras como la piel.
“Nuestra esperanza es que estudios como este alienten a los fabricantes a confirmar que sus cadenas de suministro están libres de uso de PFAS y a comenzar a agregar la leyenda ‘sin uso intencional de PFAS’ en sus etiquetas, como primer paso”, concluyen los investigadores.
Con información de Salud180