Durante años, el oficialismo ha utilizado las inhabilitaciones políticas como una herramienta para eliminar a los opositores que representan una amenaza para el gobierno. De los 13 políticos que buscan la candidatura opositora para las elecciones presidenciales de 2024, al menos tres están inhabilitados para ejercer cargos públicos: María Corina Machado, Henrique Capriles y Freddy Superlano. Esta situación ha generado incertidumbre en una población desmotivada, que entiende que la participación de estos líderes opositores en las elecciones depende del gobierno oficialista.
Machado, quien junto a Capriles tiene la mayor intención de voto en las primarias, ha expresado su determinación de luchar contra la inhabilitación si resulta elegida como candidata el próximo 22 de octubre. Sin embargo, se enfrenta a un gobierno que no reconoce plenamente los derechos de sus ciudadanos, por lo que los analistas políticos creen que es poco probable que se levanten las sanciones en su contra.
Nicolás Maduro recientemente declaró que no permitirá que los líderes de la oposición inhabilitados participen en las elecciones del próximo año. Aunque algunos expertos señalan que existe la posibilidad de levantar algunas inhabilitaciones a través de la negociación con el gobierno, no todos los candidatos podrían beneficiarse de esto.
Los analistas coinciden en que el candidato opositor que se presente en las elecciones de 2024 debe contar con la aprobación del gobierno, además del respaldo de la población venezolana. La comunidad internacional también podría desempeñar un papel importante en el levantamiento de las inhabilitaciones, pero en este momento parece poco probable.
Ante la posibilidad de que un candidato inhabilitado resulte ganador en las primarias, se ha discutido la opción de la sucesión como estrategia para elegir a otro candidato que sí pueda participar en las elecciones. Sin embargo, esto podría generar rechazo entre la población opositora y requeriría una cuidadosa consideración.
En este escenario de incertidumbre política, es importante que la oposición tenga planes alternativos en caso de que no sea posible alcanzar el plan original. Los políticos deben estar preparados para dar respuestas a los ciudadanos, ya sea que ganen o pierdan.
En cuanto a la selección del candidato opositor, existen diferentes opiniones. Algunos creen que debe ser el ganador de las primarias, mientras que otros consideran que podría decidirse de forma consensuada o incluso «a dedo». Sin embargo, esta última opción podría fragmentar aún más a la oposición.
El reciente acuerdo entre Manuel Rosales y Capriles ha generado cierta incertidumbre. Algunos analistas políticos señalan que si Capriles gana las primarias con el apoyo de Un Nuevo Tiempo y luego es inhabilitado, respaldará la candidatura presidencial del actual gobernador del Zulia. Estas alianzas entre precandidatos y fuerzas políticas durante la campaña son comunes, pero podrían generar problemas si deciden no apoyar al candidato ganador.
Es importante que la oposición no revele todas sus estrategias abiertamente para evitar que el gobierno actúe en su contra. La posibilidad de una sucesión negociada o la selección «a dedo» del candidato opositor son opciones que podrían considerarse, pero deben tener en cuenta la unidad de la oposición y el respaldo popular.
El gobierno de Maduro tiene la capacidad de alterar las reglas según su conveniencia política, por lo que es posible que se generen más inhabilitaciones a medida que surjan líderes que representen una amenaza. Las inhabilitaciones son utilizadas de manera discrecional y a conveniencia por el chavismo.
En resumen, el panorama político en Venezuela está marcado por las inhabilitaciones políticas y la incertidumbre sobre la participación de los líderes opositores en las próximas elecciones. La oposición debe estar preparada con planes alternativos y buscar la unidad para enfrentar los desafíos que se presenten.