El aumento del precio del petróleo está perdiendo fuerza a medida que los inversores buscan un nuevo estímulo que impulse más compras. Aunque algunos envíos físicos de crudo están siendo cotizados a precios más altos y los plazos de entrega se han extendido, lo que indica escasez de oferta, los factores macroeconómicos en contra están limitando las ganancias. La fortaleza del dólar, que ha alcanzado su nivel más alto en ocho meses, ha reducido el atractivo de las materias primas cotizadas en esa moneda, y las expectativas de aumentos en las tasas de interés están generando aversión al riesgo en todos los mercados.
Sin embargo, el precio del petróleo ha aumentado alrededor del 25% desde junio y se encamina a registrar su mayor ganancia trimestral desde marzo de 2022, gracias a las restricciones en el suministro impuestas por la OPEP+, liderada por Arabia Saudita y Rusia. Este repunte ha llevado a los fondos de cobertura a aumentar sus apuestas alcistas en el WTI, alcanzando niveles no vistos desde febrero de 2022, y ha reavivado las proyecciones de que el precio del crudo llegue a los 100 dólares por barril.
Actualmente, los operadores están dirigiendo su atención hacia China en busca de señales de un aumento en la demanda de petróleo, ya que el país se prepara para celebrar el feriado de la Semana Dorada a partir del viernes. Se espera que más de 21 millones de personas viajen durante estas ocho días de vacaciones, después de registrar un tráfico récord de pasajeros aéreos en julio y agosto, lo cual impulsó el consumo de petróleo.
En resumen, aunque el repunte del precio del petróleo se está desacelerando debido a factores macroeconómicos adversos, como la fortaleza del dólar y las expectativas de aumentos en las tasas de interés, aún se mantiene en niveles altos gracias a las restricciones en el suministro y a la expectativa de un aumento en la demanda por parte de China. Los inversores continúan atentos a cualquier catalizador que pueda respaldar nuevas compras en el mercado petrolero.