A cuatro semanas de la elección primaria para seleccionar al candidato presidencial de las fuerzas democráticas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) liderado por Nicolás Maduro ha declarado que se reinstalará la comisión mixta para discutir el avance del proceso y el apoyo que el CNE puede brindar. Esta intervención del CNE agrega un nuevo nivel de dificultad para lograr una primaria exitosa el 22 de octubre.
El primer obstáculo se presentó el 18 de junio, cuando los rectores del CNE vinculados al gobierno de Maduro y los supuestos representantes de la oposición fueron forzados a renunciar. En ese momento, las fuerzas democráticas superaron este obstáculo organizando una primaria autogestionada y utilizando el voto manual, lo que generó un mayor entusiasmo entre los electores. En febrero, el entusiasmo por el proceso estaba por debajo del 50%.
La superación de este primer obstáculo permitió reducir el número de indecisos y abstencionistas en un 19% y un 39%, respectivamente, según datos de Meganálisis.
En abril, un estudio de la misma encuestadora reveló que el 82.5% de los encuestados opinaba que la elección del candidato de la oposición debería llevarse a cabo «sin la presencia del CNE y con votación manual».
El 26 de julio, hubo otro momento crítico cuando la vicepresidenta de la Comisión Nacional de Primarias (CNP), María Carolina Uzcátegui, renunció argumentando que no existían las condiciones técnicas y logísticas adecuadas para llevar a cabo unas primarias amplias y accesibles para todos los venezolanos. Sin embargo, esta preocupación fue subsanada rápidamente con la designación de Mildred Camero para ocupar el puesto vacante.
A pesar de estos obstáculos, la mayoría de los 13 precandidatos han respondido con determinación y astucia. En contadas ocasiones, estas barreras han frenado el ímpetu de las primarias.
En esta nueva fase, el régimen intenta infundir miedo en los electores del 22 de octubre utilizando al CNE como medio de coacción. Sin embargo, es importante reconocer que en este desafío del miedo, encontramos la clave para nuestra libertad. Enfrentando estos obstáculos, alimentamos nuestras ambiciones, damos vida a nuestros sueños y acentuamos el valor de nuestros desafíos.
No permitamos que el miedo al CNE coarte la voz y acción del pueblo en las primarias. La libertad es un bien que se conquista todos los días, con el compromiso individual y la unión de todos.