Rabat, enviada especial: Israel se encuentra sumido en el fantasma de la Guerra de Yom Kipur, que ocurrió hace 50 años. En aquel entonces, una alianza árabe liderada por Egipto y Siria atacó a Israel en el Día del Perdón, el día más sagrado para el judaísmo. Ahora, 50 años después, el grupo terrorista Hamas ha sacudido a Israel en plena celebración del Shabat con un ataque sorpresa.
Las imágenes de soldados asesinados, civiles secuestrados y camiones del ejército israelí capturados como trofeos de guerra han conmocionado a la sociedad israelí. Ni la inteligencia gubernamental ni sus socios pudieron preverlo o advertirlo.
El primer ministro Benjamín Netanyahu tardó horas en dirigirse a su pueblo y la situación todavía no está bajo control. Decenas de terroristas han cruzado la frontera y los bombardeos aéreos no son suficientes para controlar la situación. La calma tardará días en llegar y nadie puede predecir cuánto tiempo llevará. Esta incertidumbre es una novedad en décadas, ya que anteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel podían controlar la situación en cuestión de horas o días ante cada escalada de misiles desde Gaza. Sin embargo, esta vez es diferente, ya que hay docenas de terroristas infiltrados en territorio israelí, ocultos en casas israelíes.
Los socios árabes también han quedado sorprendidos por los acontecimientos. Hasta hace poco, se hablaba de un posible megaacuerdo con Arabia Saudita, que se sumaría a los Acuerdos de Abraham y a los pactos de normalización con Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos. Este era un rayo de esperanza que se mencionaba constantemente. Sin embargo, el operativo de Hamas ha sido un golpe tanto para Israel como para sus socios árabes.
Lior Haiat, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, ha asegurado que lo que ha ocurrido es una clara reacción al proceso de paz que comenzó con las normalizaciones de 2020 en los acuerdos de Abraham. Según él, Hamas busca la violencia, el terrorismo y la miseria, mientras que los líderes árabes desean la paz.
Hamas ha recibido apoyo financiero e impulso de Irán. Además de la tensión actual en la frontera sur, también hay preocupación por el peligro en el norte, ya que Hezbollah podría aprovechar el caos para intentar infiltrarse.
La sociedad israelí no había experimentado situaciones similares desde la trágica Guerra de Yom Kipur. Los secuestros, asesinatos y el desfile de palestinos llevando cuerpos israelíes por las calles de Gaza son un panorama aterrador. Estas situaciones afectan al gobierno de Netanyahu más que sus intentos por cambiar el sistema judicial israelí, lo cual ha provocado protestas masivas en las calles durante meses.
Ahora, Israel se encuentra en guerra. Es la primera vez en décadas que la comunicación oficial hace referencia abiertamente a la guerra. Fleur Hassan-Nahoum, vicealcaldesa de Jerusalén, afirma que están en guerra porque muchos terroristas de Hamas se han infiltrado en la frontera sur, atacando a personas inocentes en sus hogares. No están matando a soldados, sino a familias y secuestrando personas.
Esta situación potencialmente bélica no solo detiene cualquier proceso de paz, sino que también estanca cualquier conversación sobre el programa nuclear de Irán por parte de las potencias occidentales.
El ataque de Hamas, que ha arrasado 14 aldeas israelíes en los alrededores de la Franja de Gaza y ha ejecutado al alcalde de Shar al Neguev, ha dejado imágenes impactantes de cuerpos desnudos y palestinos portando equipos militares israelíes, lo cual es un acto de terrorismo explícito.
