Solo una hipótesis: el golpe salvador

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Es ampliamente conocido que el régimen chavista ha adoptado la estrategia de «huir hacia adelante» en momentos de mayor tensión política. Uno de los ejemplos más destacados fue cuando anunciaron la convocatoria a una segunda constituyente en medio de la fuerte crisis económica y política de 2017. Aunque muchos opositores se burlaron de esta medida, calificándola de «loquera», no se puede negar que han obtenido cierto éxito en su objetivo de mantenerse en el poder.

Ahora, una vez más, han emprendido una audaz jugada, esta vez con el tema del Esequibo. Sin embargo, la mayoría de la población ha reconocido que esta nueva estrategia no tiene nada que ver con el noble propósito de recuperar un territorio perdido, sino más bien busca crear una cortina de humo para desviar la atención de los problemas internos del régimen. Esto ha quedado evidenciado con el fracaso del referéndum, que pretendía legitimar su nueva aventura.

Pero aunque el referéndum haya fracasado, esto no significa que el régimen haya abandonado su emprendimiento. Todo depende de los objetivos que se hayan propuesto alcanzar. Y en esta ocasión, han anunciado una serie de medidas que generan tensiones con potenciales enemigos externos. Es decir, su estrategia de «huir hacia adelante» ha traspasado las fronteras nacionales, buscando provocar y gestar enemigos externos con capacidad de respuesta real.

La difusión de estas noticias en el extranjero, como el reportaje emitido por el canal de noticias español 24horas, alimenta la percepción de un posible conflicto internacional. Incluso en medios como El País, se han publicado notas que resaltan la tensión entre Venezuela y Guyana, lo que indica que estas acciones están comenzando a tener repercusión global.

Es importante dejar de ridiculizar el fracaso del régimen y reconocer que no son locos, sino estrategas que están llevando a todos nosotros por un camino muy arriesgado. Es crucial identificar cuál es el objetivo que están persiguiendo para comprender mejor la lógica detrás de esta peligrosa estrategia.

¿Qué sucedería si Maduro ha decidido que no quiere o no le conviene entregar el poder de manera democrática? No es tan ingenuo como para no darse cuenta de que las posibilidades de mantenerse en el poder a través de la simulación del juego democrático se están desvaneciendo rápidamente. Tal vez ya haya comenzado a explorar otras opciones, como entregar el poder de manera no convencional en la que pueda maximizar su poder de negociación. Generar una alta tensión con Guyana podría crear ansiedad dentro de las Fuerzas Armadas, que saben que sus capacidades están mermadas. Maduro apuesta a que, habiendo creado las circunstancias justificadoras, pueda negociar su salida con algún elemento de las Fuerzas Armadas que esté dispuesto a traicionar en beneficio propio. Es posible que Maduro esté buscando a ese personaje dentro de las FAN, dispuesto a colaborar con su salida a cambio de impunidad.

Este relato puede parecer una novela de ficción, pero tiene visos de verosimilitud dada la aparentemente caótica estrategia que han decidido tomar. Es momento de estar alerta y analizar cuidadosamente cada movimiento del régimen chavista.