El petro, la criptomoneda respaldada por Venezuela y promocionada por Nicolás Maduro en 2018, ha sufrido un duro golpe en los últimos meses. Después de ser suspendidas todas las operaciones con el petro en marzo de 2023, esta criptomoneda ha comenzado a desaparecer lentamente. Este hecho ha estado relacionado con la renuncia de Tareck El Aissami, ex vicepresidente de Economía y ministro del Petróleo, debido a un escándalo de corrupción en la petrolera estatal Pdvsa.
La trama, conocida como Pdvsa cripto, reveló que los ingresos por venta de crudo habían desaparecido, estimándose pérdidas entre 13.000 millones y 16.000 millones de dólares. A pesar de que el petro fue anunciado como una herramienta para el desarrollo económico y social de Venezuela, su uso se limitó al mercado interno y no logró convertirse en una moneda digital del banco central.
Aunque inicialmente fue popular y contó con un marco regulatorio amplio en el país, el petro perdió fuerza debido a su carácter centralizado y las dificultades para su uso. Además, su valor siempre se mantuvo alrededor de los 60 dólares por unidad, sin la volatilidad propia de otras criptomonedas como el bitcoin. Además, las restricciones para su convertibilidad y las comisiones en las transacciones también afectaron su aceptación.
Tras el escándalo de corrupción en Pdvsa cripto, se suspendieron todas las operaciones con el petro, así como con otras criptomonedas, y se decretó la intervención de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos. Aunque no se ha hecho un anuncio oficial sobre el fin del petro, el proceso de conversión de las criptomonedas a bolívares y el anuncio de que el precio de los pasaportes ya no estará anclado al valor del petro, sino al dólar estadounidense, indican que su futuro es incierto.
A pesar de esto, algunos expertos destacan que Venezuela ha desarrollado una legislación valiosa en el campo de los criptoactivos y no descartan un posible relanzamiento del petro en el futuro. Sin embargo, el gobierno parece estar abandonando su uso como unidad de cuenta, lo que pone en duda su recuperación. El petro ha entrado en un coma inducido desde hace 10 meses y su futuro es incierto.