Las urnas cerraron en El Salvador tras 10 horas de votación el domingo, dejando prácticamente asegurada la victoria del presidente en funciones, Nayib Bukele, gracias a su implacable guerra contra las pandillas que ha logrado reducir drásticamente las tasas de homicidios en una nación cansada de la violencia.
Bukele, de ascendencia palestina, mantiene índices de aprobación que rondan el 90 por ciento y se perfila como el líder más popular de América Latina, anticipándose además que ampliará su control sobre la asamblea legislativa.