En enero pasado, se reportaron dos casos de suicidio de adolescentes en la ciudad de Caracas, según el Monitor de Víctimas, una iniciativa conjunta del medio digital Runrunes y la organización no gubernamental Mi Convive.
El primero de estos trágicos incidentes ocurrió el 26 de enero, cuando Heyler Alcalá, un joven de 13 años, fue encontrado inconsciente en su habitación en La Silsa, parroquia Sucre de Caracas. Desafortunadamente, no respondió a los llamados de su tía y se determinó que se había ahorcado.
Los familiares de Heyler, en estado de shock, no podían comprender la tragedia. Sin embargo, Norkys Rojas, otra tía del adolescente, reveló que este estaba pasando por una difícil situación emocional. Su madre falleció de cáncer hace más de una década y recientemente perdió a su abuela, quien había sido su principal cuidadora. Además, su padre se encuentra en Chile. En ese momento, Heyler vivía con su tía materna y un hermano de 7 años.
El otro caso ocurrió en El Valle. El 20 de enero, Wilfred Alejandro Aguilera Benítez cayó desde el penúltimo piso de un centro comercial en esa parroquia. Los familiares se abstuvieron de hacer comentarios y sugirieron que las autoridades investigaran si se trató de un suicidio o de un homicidio.
En el año 2023, el Monitor de Víctimas registró un total de 46 suicidios en el Área Metropolitana de Caracas, incluyendo 4 casos de menores de 18 años. Desde 2019, se han contabilizado 167 muertes autoinfligidas en los cinco municipios de la capital venezolana.
Además de estos preocupantes datos en Caracas, se informa que desde 2021, el estado de Táchira ha reportado 183 suicidios, mientras que Sucre y Zulia han registrado 47 y 27 casos respectivamente desde 2022.
Es evidente que la situación de salud mental de los jóvenes es un tema alarmante que requiere atención y acciones preventivas. Es fundamental abordar este problema de manera responsable y oportuna para evitar más tragedias.