El estado de Texas se encuentra actualmente luchando contra una serie de incendios forestales que han causado la muerte de al menos dos personas y han devastado más de medio millón de hectáreas de bosques en tan solo una semana. A medida que los bomberos continúan sus esfuerzos por controlar las llamas, se reportan cinco incendios forestales activos en la región.
Uno de los incendios más grandes en la historia de Texas, conocido como Smokehouse Creek en el condado Hutchinson, ha arrasado casi 405,000 hectáreas, según el Servicio Forestal de la Universidad Texas A&M. Las altas temperaturas, los bajos niveles de humedad y los fuertes vientos han contribuido a la propagación de las llamas, pero se espera que un frente frío que se acerca alivie las condiciones.
A pesar de que no se pronostican lluvias, se espera que los vientos y los niveles de humedad no alcancen los umbrales de incendio a principios de esta semana, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Amarillo. Esta noticia ofrece un rayo de esperanza para los bomberos y las comunidades afectadas por los incendios.
Los incendios han tenido un impacto particularmente devastador en la región del Panhandle, en el norte de Texas, donde se cría aproximadamente el 85% del ganado del estado. Las autoridades han informado sobre la trágica muerte de Joyce Blankenship, una exmaestra de 83 años, cuya vivienda fue consumida por las llamas en la localidad de Stinnet, ubicada a 55 kilómetros al noreste de Amarillo. Otra víctima, identificada como Cindy Owen, perdió la vida cuando su camión fue envuelto por las llamas al sur de Canadian, a unos 160 kilómetros al nordeste de Amarillo. Owen fue trasladada a un hospital en Oklahoma, donde finalmente falleció.
El domingo, las autoridades del condado Hutchinson ordenaron la evacuación temporal de la ciudad de Fritch, ubicada a 55 kilómetros al norte de Amarillo, debido a la proximidad de un nuevo incendio llamado Roughneck. Afortunadamente, los bomberos lograron contener el 25% de este incendio antes de que consumiera más terreno, y no se reportaron daños a edificios.
La situación en Texas es grave, pero los esfuerzos de los bomberos y las condiciones climáticas favorables brindan esperanza de que los incendios puedan ser controlados en los próximos días. Mientras tanto, las comunidades afectadas se mantienen en alerta y continúan apoyando a los valientes bomberos que están arriesgando sus vidas para proteger sus hogares y la naturaleza que los rodea.