La oposición venezolana debería inspirarse en un inusitado personaje

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Meses después de la firma de un acuerdo político en Barbados que abría el camino para unas elecciones presidenciales libres y justas en Venezuela, el gobierno y la oposición vuelven a estar enfrentados. El régimen de Nicolás Maduro se aleja del acuerdo alcanzado en octubre, dejando a la oposición con opciones limitadas. En vísperas de la fecha límite para inscribir candidatos, la oposición podría seguir el ejemplo de una figura improbable: Juan Domingo Perón en 1973.

La oposición venezolana se encuentra en una encrucijada, ya que tiene pocas opciones para garantizar una transición exitosa a la democracia. La primera opción es ignorar la supuesta inhabilitación de María Corina Machado y seguir adelante. Sin embargo, esto podría dividir aún más a la oposición y darle a Maduro una excusa para reclamar la victoria. La segunda opción sería elegir a otro candidato que no sea Machado, pero esto podría alienar a sus seguidores. La tercera opción es que Machado elija a un candidato designado o sustituto.

Esta última opción ha funcionado en el pasado. Un ejemplo famoso es el caso de Juan Domingo Perón en Argentina en 1973. La Junta Militar permitió que Perón regresara al país y apoyó a un candidato designado, Héctor Cámpora, quien luego dimitió para permitir unas nuevas elecciones en las que Perón resultó elegido presidente.

La oposición venezolana se enfrenta a un momento similar, ya que Machado es muy popular y cualquier candidato que ella elija probablemente ganará. Aunque Maduro podría prohibir al candidato designado, esta opción aún vale la pena considerar dada la falta de alternativas viables.

El acuerdo de Barbados, que se suponía que cambiaría las cosas en Venezuela, ha demostrado ser ineficaz. El régimen de Maduro ha intensificado la represión contra la oposición y ha desafiado el espíritu del acuerdo. Esto pone a la oposición en un nuevo dilema, ya que el gobierno está destruyendo la democracia al intentar inhabilitar a los candidatos presidenciales.

En lugar de negar lo obvio, la oposición debería intentar ser más astuta que el gobierno. Los candidatos designados, en ciertas condiciones, pueden funcionar siempre y cuando cuenten con el respaldo del líder político favorito del país. Aunque esta opción conlleva riesgos, es menor que darle al régimen excusas para no contar los votos.

En conclusión, la oposición venezolana se enfrenta a desafíos importantes a medida que se acerca la fecha límite para inscribir candidatos. Aunque las opciones son limitadas, seguir el ejemplo de candidatos designados en el pasado podría ser una estrategia a considerar. La clave está en ser astutos y mantenerse unidos para lograr una transición exitosa hacia la democracia en Venezuela.