En un momento histórico para Venezuela, María Corina Machado emerge como la voz de la esperanza, encarnando la determinación inquebrantable de un pueblo en su búsqueda por la libertad. A través de un mensaje poderoso dirigido a cada venezolano dentro y fuera del país, al cual nos referimos en el editorial del pasado martes, Machado no solo comparte una visión de futuro, sino que también detalla las adversidades enfrentadas en el camino hacia un cambio democrático.
Por El Nacional
Vivimos tiempos de incertidumbre, marcados por la agresión constante de un régimen que se aferra al poder mediante la mentira, la violencia y el miedo. Sin embargo, en medio de este clima hostil, la resistencia venezolana ha logrado hitos significativos. La creación de un movimiento social sin precedentes, la unificación de fuerzas políticas y sociales en torno a una candidatura legítimamente elegida y el reconocimiento tanto nacional como internacional de esta lucha son testimonios del avance hacia una Venezuela libre y democrática.
El régimen, en su intento desesperado por mantenerse en el poder, ha recurrido a tácticas de represión y manipulación electoral, evidenciando su debilidad y temor ante la voluntad de cambio del pueblo venezolano. La respuesta de Maduro a este movimiento pacífico y democrático ha sido la persecución política y la obstaculización del proceso electoral, buscando invalidar la participación de Machado y sus seguidores.
No obstante, la estrategia del régimen revela su propia contradicción y desesperación. Frente a la manipulación y la coerción, la respuesta de María Corina y del movimiento que representa es clara: perseverancia en la lucha por elecciones libres y justas, y una transición democrática pacífica. La firmeza de esta postura no solo desafía la represión del régimen, sino que también fortalece la esperanza de un futuro en el que todos los venezolanos puedan vivir en paz y democracia.
María Corina y el movimiento que lidera no están solos. La comunidad internacional, al comprometerse con el Acuerdo de Barbados y exigir elecciones libres, desempeña un papel crucial en el respaldo a esta causa. La lucha por la libertad de Venezuela es también un llamado a la solidaridad global, reconociendo que la estabilidad y la democracia en Venezuela tienen implicaciones profundas para la región y el mundo.
Este editorial no es solo un reconocimiento a la valentía y resiliencia de quienes luchan por la libertad en Venezuela; es también un llamado a la acción. La historia nos enseña que las victorias por la democracia y la libertad se construyen con la participación de todos. En este sentido, en este momento crítico, la unidad, la serenidad y la firmeza son más importantes que nunca. Es el tiempo de avanzar, juntos, hacia la libertad.
La lucha de María Corina Machado y de millones de venezolanos es un recordatorio poderoso de que, incluso frente a las adversidades más desafiantes, la esperanza de un futuro mejor y la determinación de alcanzar la libertad nunca deben flaquear. Venezuela se encuentra en una encrucijada, pero la comunidad internacional debe permanecer firme en su apoyo a la democracia y los derechos humanos, asegurando que la voz del pueblo sea escuchada y respetada.