Que significado tiene cada jornada de la festividad católica.
Para los cristianos, la Semana Santa significa conmemorar la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Se trata de un período simbólico para conmemorar los últimos días de la vida de Cristo, su fallecimiento en la cruz y su posterior resurrección.
A continuación, el detalle de lo que se celebra cada uno de los días de la Semana Santa para entender el significado y la importancia de esta celebración para los católicos de todo el mundo.
Miércoles de Ceniza
Es el primer día de Cuaresma en el calendario litúrgico católico. Este año cayó el 14 de febrero. La imposición de la ceniza es el rito característico de esta celebración litúrgica que se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
Jueves Santo
Este día da comienzo al Triduo Pascual. Se recuerda la última cena de Jesús con los discípulos, donde se constituye la Eucaristía y el lavatorio de pies llevado a cabo por Cristo. Jesús se reunió en la Última Cena con los doce apóstoles para despedirse de todos ellos antes de su muerte, la cual él ya preveía. Además, durante la cena les anunció la traición de uno de ellos, dando a entender que se trataba de Judas Iscariote.
Viernes Santo
Se considera un día de penitencia, debido a que se recuerda el día en que Jesús fue acusado de blasfemo frente a Poncio Pilatos, la máxima autoridad romana. Durante esa jornada, Jesús queda preso y se producen los interrogatorios de Caifás -el sumo sacerdote judío- y del gobernador romano. Son los pasos de la flagelación, la coronación de espinas, el Vía Crucis, la crucifixión y sepultura de Jesús.
Sábado Santo
Es la jornada anterior a la Pascua. Es el momento de la historia que va de la muerte a la resurrección de Jesús. También es un día de esperanza al recordar la promesa que había hecho Jesús: “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”. Tiene lugar la Vigilia pascual que recuerda la Resurrección y la espera por el regreso de Cristo.
Domingo de Pascua
El significado de Pascua es el paso de Cristo de la muerte a la vida y su paso final a la eternidad y gloria. También marca el final del período de penitencia de 40 días llamado Cuaresma.