El partido de Le Pen triunfa en la primera vuelta y está más cerca que nunca de gobernar en Francia

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Con la inmensa mayoría de escaños por decidir, el candidato a primer ministro, Jordan Bardella, apela a la movilización masiva para obtener la mayoría absoluta en la segunda vuelta

Infobae

El presidente de Agrupación Nacional y candidato a primer ministro, Jordan Bardella, reacciona a los resultados en una comparecencia en París, a 30 de junio de 2024. (REUTERS/Sarah Meyssonnier)
El presidente de Agrupación Nacional y candidato a primer ministro, Jordan Bardella, reacciona a los resultados en una comparecencia en París, a 30 de junio de 2024. (REUTERS/Sarah Meyssonnier)

Reina el entusiasmo en el ala ultraderechista. La primera vuelta de estas elecciones legislativas en Francia ha confirmado la victoria histórica del partido Agrupación Nacional, que por primera vez gana unas legislativas -lo había conseguido antes en unas europeas- y lo hace con el 33,2 % de los votos y como primera en 233 circunscripciones, a la espera del escrutinio completo.

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Con la inmensa mayoría de escaños aún por decidir, el candidato a primer ministro y delfín de Marine Le Pen, Jordan Bardella, ha calificado este triunfo de “inapelable”, a la espera de conocerse el escrutinio definitivo, si bien deja clara la primera posición de su formación. Una de las tres proyecciones nacionales de escaños publicadas por los institutos demoscópicos contempla la posibilidad de que el RN obtenga la mayoría absoluta en la segunda ronda (le asigna entre 255 y 295 escaños, cuando el umbral está en 289), aunque el histórico ha demostrado que estos sondeos hay que cogerlos con pinzas.

En una breve alocución sin derecho a preguntas, Bardella, subido a un estrado con la bandera francesa, pero sin la europea, ha apuntado a la izquierda del Nuevo Frente Popular como el enemigo a batir en la segunda vuelta y ha prometido que, si es designado primer ministro, cohabitará de “manera respetuosa” con el presidente, Emmanuel Macron, aunque siendo “intransigente” en los principios políticos de su partido, el RN.

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Tras la jornada del domingo se abre una nueva contienda en el que la movilización volverá a tener un gran peso por ambos espectros ideológicos. Ya lo ha demostrado la primera vuelta con una participación récord, del 65%, y que retrotrae al año 1981. Lejos del desánimo que reflejaron en pasados comicios, los franceses han demostrado que esta cita con las urnas significaba el fin del ciclo macronista, aunque quede por ver hacia que lado cae.

Le Pen alienta a sus votantes

No es casualidad que Le Pen, ante unos enfervorecidos seguidores en su feudo electoral de Henin-Beaumont (norte), haya reclamado desde el minuto cero el voto el 7 de julio para “lograr esa mayoría absoluta” con el objetivo de que Macron -jefe de Estado- no tenga otro remedio que nombrar a su delfín como el próximo jefe de Gobierno. “No hay nada más normal que la alternancia política. Para ello necesitamos una mayoría absoluta”, declaró Le Pen, quien fue reelegida diputada en su circunscripción del norte de Francia en el primer turno gracias a su amplia mayoría.

”Nada está ganado de antemano. El segundo turno será determinante para evitar que el país no caiga en las manos de la Nupes (coalición de izquierdas ahora llamada Frente Popular)”, advirtió. El candidato Jordan Bardella ha reiterado en numerosas ocasiones que solo gobernará a través de la mayoría absoluta. Desde la formación saben que una situación de bloque como la que prevén la mayoría de encuestas dañaría gravemente la imagen de un partido que también aspirará a la presidencia en 2027.

Además de esta victoria, el resultado demuestra que RN ha conseguido lo que se propuso hace años, normalizar a una formación que años atrás era vista como una amenaza para los derechos fundamentales. Bajo la tutela de Marine Le Pen, el primer cambio pasaba por el nombre, ahora más suavizado que el antiguo Frente Nacional. El segundo, la renovación de su rostro principal, ahora con un Bardella que podría ser nombrado el primer ministro más joven de la historia de Francia. Las urnas de este domingo han lanzado un claro mensaje y es un voto de contestación.