Después del debate presidencial que se celebró el 27 de junio entre Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, y Joe Biden, el actual mandatario, ha surgido un intenso debate sobre la posibilidad de que Biden se retire de la contienda electoral.
Expertos, políticos y ciudadanos parecen coincidir en que Biden no estuvo a la altura del debate, y su actuación ha causado «pánico» en el seno del Partido Demócrata, poniendo en duda su viabilidad como candidato presidencial.
En respuesta, Biden mismo se encargó de esclarecer su posición sobre su candidatura, afirmando que solo se retiraría si el «Señor Todopoderoso» se lo pide. En una entrevista con la cadena ABC, declaró: «Si el Señor Todopoderoso me dijera que abandonara la carrera electoral, me bajaría de la carrera, pero el Todopoderoso no va a bajar».
El presidente, a sus 81 años, explicó a George Stephanopoulos que su desempeño deficiente en el reciente debate se debió a un estado de «exhausto» y «enfermo». Describió el evento como un «mal episodio», ya que sufría un «fuerte resfriado» que le provocó «una mala noche» y se sintió «despistado» por los continuos gritos de su rival, Donald Trump.
Biden afirmó ser «la persona más calificada para derrotar» a Trump en las urnas y expresó confianza en su capacidad para «hacer las cosas».
Pocos días después del debate, la Casa Blanca abordó los rumores sobre el posible retiro de Biden de la carrera presidencial. Karine Jean-Pierre, secretaria de Prensa de la Presidencia, aseguró que Biden «no está en absoluto» considerando abandonar su intento de reelección.
Jean-Pierre también informó que Biden continuará haciendo campaña, con planes de visitar Wisconsin y Pensilvania, dos «estados bisagra» cruciales para las elecciones.
Casi una semana después del debate, aún resuenan las críticas sobre la actuación de Biden, quien tuvo dificultades para hablar, parecía perdido en algunos momentos y se le notó desconectado durante los 90 minutos del evento.