A qué se enfrenta la Gran Alianza Nacional

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Hoy, a 66 años de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, Venezuela se encuentra nuevamente bajo el control de un régimen militar. Aunque las fuerzas armadas están corrompidas, los cuadros medios hacia abajo sufren las mismas dificultades que el resto de la población y están descontentos con el régimen. El gobierno ha logrado destruir todas las empresas estatales y ha asfixiado al sector privado, obligando a muchas empresas a negociar con el gobierno sin importar las consecuencias. Sin embargo, hay excepciones notables, como Empresas Polar, que ha demostrado su compromiso con el pueblo venezolano. Por más de veinticinco años, el país ha sufrido una persecución brutal de los opositores a la dictadura, con violaciones sistemáticas de los derechos humanos que se han convertido en política de Estado.

La dictadura se burla no solo de los venezolanos, sino también de la comunidad internacional. Algunos países hacen declaraciones condenando el comportamiento del régimen, pero al mismo tiempo realizan operaciones comerciales y otorgan concesiones sin exigir el cumplimiento de acuerdos previos. Esto solo le da un respiro al régimen y lo fortalece. Es importante reconocer que algunos partidos políticos no han logrado derrocar a la dictadura, ya sea por acción u omisión. Para enfrentar este monstruo de mil cabezas, es necesario que la Gran Alianza Nacional desarrolle estrategias efectivas.

Bajo el régimen actual, las fuerzas armadas en Venezuela han sido utilizadas para defender y mantener la dictadura. La incorporación de elementos bolivarianos en las fuerzas armadas ha llevado a la represión de cualquier ciudadano que piense diferente o no se someta a los intereses de un gobierno corrupto que tiene vínculos con el narcotráfico, grupos guerrilleros, terroristas del Medio Oriente, Rusia y China. Todo esto ha desvirtuado el verdadero propósito de las fuerzas armadas, que es proteger la integridad y defensa del Estado.

La industria petrolera, que solía ser la principal fuente de ingresos económicos de Venezuela, ha colapsado debido a la corrupción desenfrenada y su uso como una fuente de financiamiento para la dictadura cubana. La estatización de empresas privadas ha sido un fracaso debido a la mala gestión y la corrupción, y ha generado inseguridad jurídica para las empresas extranjeras. Muchas empresas internacionales han abandonado el país como resultado. Un ejemplo de buena gestión es el Grupo Empresas Polar, que ha logrado mantenerse en Venezuela y expandirse a otros países para protegerse de la dictadura.

La persecución a la oposición ha sido una constante desde el inicio de la dictadura. Después de la concentración del pasado 23 de enero, donde se anunció el plan emblemático 600k, la dictadura intensificó su represión, secuestrando a destacados líderes opositores. Estos actos son perpetrados por grupos terroristas amparados por los diferentes poderes públicos controlados por la dictadura. El régimen se siente amenazado y teme el resultado de unas elecciones, por lo que algunos miembros de la dictadura presionan al usurpador para que no negocie y en su lugar imponga un candidato que garantice la estabilidad de los corruptos. En este complicado escenario, Estados Unidos juega un papel importante y podrían intentar cambiar al candidato de la oposición, pero María Corina Machado está decidida a respetar y cumplir el mandato que le dieron los venezolanos en las primarias de la oposición en octubre de 2023. En palabras de Georg C. Lichtenberg: «Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto».