Comenzando el año distintas firmas de análisis económicos y políticos hacen un balance de lo sucedido en Venezuela en el 2020 y presentan sus proyecciones para el 2021, es un momento donde los distintos analistas se presentan en medios de comunicación o incluso se organizan eventos privados para la presentación de las proyecciones y escenarios.
Me llama la atención que aunque la mayoría de las firmas y analistas coinciden en los números y en las proyecciones algunos suavizan sus conclusiones definiendo el año como de “estabilización” o como un año de “ciertas oportunidades.”
Cuando la realidad es que si bien es cierto que Según la C.E.P.A.L, la economía venezolana cayó un 30% en 2020 y en el 2021 se proyecta un descenso menor, de igual forma es un descenso que sería del 7% del PIB, como el que tiene proyectado y será sin duda la caída más grande de la región latinoamericana y uno de los más grandes del mundo.
Todas las firmas y analistas independientes señalan una inflación superior a 3000% en el 2020 y la apuesta para el 2021 es similar, no existiendo de ninguna manera una política monetaria dirigida a controlar este flagelo, como son las clásicas medidas que han dado resultado en otros países latinoamericanos que ha sufrido de hiperinflación como son la de restricción del gasto público y la promoción de la producción de bienes y servicios.
Transacciones comerciales en divisas
Por otro lado, la dolarización no oficial avanza inevitablemente, cada vez son más las negociaciones que se cierran en dólares y las ventas de repuestos, electrodomésticos, motos, servicios médicos y otros bienes en donde no reciben bolívares. Algunas firmas estiman que en el 2020 el 82 porciento de las transacciones comerciales se hicieron en divisas extrajeras, en el 2021 ese porcentaje solo podrá crecer.
El mes de enero en ese sentido arrancó muy movido y antes de terminar ya la divisa americana ha subido un 60 porciento generando mayor incertidumbre y una desconfianza total en nuestro débil signo monetario.
Desde el sector privado hay esperanzas en una ligera apertura, buscando medidas que mejoren la economía. Especialmente apertura financiera y de operaciones en divisas. Concesiones en servicios, Flexibilización en tasas y tarifas de Cableras, Telefonías, Aseo. Agua, Luz, Gas, Petróleo, Obras Públicas, peajes, etc.
Sin embargo, desde el sector oficial se escuchan nuevas amenazas de expropiaciones y se observan desde los ayuntamientos en su gran mayoría PSUVISTAS impuestos a la propiedad exorbitantes y casi confiscatorios.
En todo caso está claro que el 2021 no será un año fácil para los venezolanos. Nos espera una situación bastante parecida al 2020 con decrecimiento económico e hiperinflación y no terminamos de salir de la pandemia.
Reinventarnos, Creatividad y oportunidades
En las crisis, aunque es duro decirlo siempre existen oportunidades y nos tocará ser creativos, reinventarnos para subsistir y mantener a nuestras familias. No podemos resignarnos, tenemos que estar dispuestos a trabajar más, a tomar riesgos, asumir trabajos que quizás nunca pensamos en hacer. Tomar algún talento que tengamos y monetizarlo y convertirlo en nuestro modo de sustento.
Revisar las recetas de la abuela y escoger cuál de ellas pueda ser más mercadeable. En fin, no resignarnos a caer vencidos por la devastación, inspirarnos en la gente que más queremos y tomar fuerzas para salir adelante con la ayuda de Dios y por nuestros propios medios y con nuestro propio talento.
«Mantengamos la fe, sigamos con la esperanza firme, todo pasa y esto también pasará”.