¡ALERTA! Datos confirman que Caracas y Miranda viven su tercera ola de contagios por covid-19

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Miranda y Caracas ocupan el segundo y tercer lugar respectivamente, en las entidades con la mayor cantidad de vacunas contra el covid-19 aplicadas a la población, sin embargo, en ninguno de los casos la cantidad de vacunas aplicadas supera tan siquiera el 40% de la población

TalCual

Las cadenas en las redes sociales, los rumores sobre lo que el amigo de un amigo dijo y el yo conozco a alguien que trabajan en un hospital, cobraron fuerza durante todo el mes de septiembre para asegurar que en el país había un repunte de casos de covid-19 y que se avecinaba la tercera ola.

La opacidad, la falta de información y lo que parece la intención del Estado de silenciar todo lo que al covid-19 se refiere, han sido los impulsores de estos mensajes, pero en esta oportunidad todo apunta a que la realidad es que, por lo menos en la capital del país, se vive lo que sería un nuevo pico de contagios que afecta con ahínco al Área Metropolitana de Caracas.

«Yo quiero alertar a la Gran Caracas, alerta, porque los contagios de coronavirus en la Gran Caracas se han disparado desde hace dos semanas y no han bajado, algo está pasando», dijo el mandatario Nicolás Maduro el pasado 23 de enero, afianzando lo que dicen las estadísticas.

Los datos registrados todas las noches por el vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo, Freddy Ñáñez y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quienes integran la Comisión Presidencial para la Prevención, Atención y Control de la covid-19, señalan que Caracas y Miranda agruparon más de 17 mil nuevos casos, únicamente durante el mes de septiembre.

Solo la semana del 19 al 25 de septiembre, que estaba establecida como «semana radical» bajo el esquema de 7+7, el estado Miranda registró 2.542 casos activos de covid-19, mientras que Caracas cerró con 2.217 nuevos contagios.

Pero Caracas, una ciudad con 2.131.710 habitantes, la cuarta más poblada de Venezuela para el 2015, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y que cuenta con apenas 433 km² de territorio, acumula la mayor cantidad de contagios desde que inició la pandemia. A esta ciudad se le atribuyen 57.668 casos de covid-19.

Mientras que Miranda, que para el 2015 figuraba como la segunda ciudad con más habitantes de Venezuela con 3.181.890 personas y una extensión territorial de 7.950 km², lo que demuestra que es al menos 17 veces más grande que Caracas, acumula 45.397 casos de covid-19 desde que marzo del 2020.

Semanas radicales y flexibles desaparecieron en la práctica
Desde junio del 2020, el Gobierno venezolano puso en marcha un esquema de flexibilización y radicalización de la cuarentena, esto en un intento por reactivar la economía y, a su vez, evitar una crecida exponencial de la propagación del virus del SARS-CoV-2.

Desde su implementación este esquema ha recibido varios cambios. Ha sido adaptado según la fecha, dejando más días de flexibilización en temporadas que pudiesen representar un riesgo por los contagios como lo es Navidad, carnavales o Semana Santa, y se han modificado para niveles de flexibilización que, de una u otra forma, permitieron sin mucha dificultad el regreso a la «normalidad».

Por lo menos, en el caso de Caracas y Miranda, la distribución de semana radicales con flexibles en la práctica pasó a la historia. En sistema de transporte como el metro ya no importa quien ingrese, los lugares que antes no podían abrir ahora lo hacen y aquellos espacios que pudiesen representar algo riesgo por su contagios —como bares, restaurantes y hasta salas de cine— abrieron al público sin preocupación.

La sensación de «normalidad» en la calle llevó a muchos ciudadanos a desprenderse del tapaboca y bajar la guardia ante las medidas de bioseguridad.

«Pensé que usando las medidas de bioseguridad estaría a salvo, y como salgo poco de mi casa, solo a comprar comida y al trabajo cuando es necesario…», estas fueron las palabras de Nairobi Lara, una joven de 29 años que hoy vive los estragos del covid-19.

Los síntomas le comenzaron el 10 de septiembre, mismo día en el que se había puesto la primera dosis de la vacuna Sinopharm. «Como a los ocho o 10 días de tener los síntomas nos enteramos que una vecina con la que yo comparto demasiado había dado positivo, entonces empezaron a decir que yo también tenía lo mismo».

Malestar general, congestión nasal, debilidad, gripe, tos, dolor de garganta, dolores de cabeza intensos y ardor en los ojos, estos fueron los primeros síntomas que tuvo Nairobi Lara.

Su panorama empeoró con los días y la necesidad de realizarse una prueba para diagnosticar covid-19 se hizo cada vez más urgente. «Me hice una prueba rápida y salí negativo, así que de una vez descarté el covid-19, pero todos me decían, si ella (la vecina) lo tiene, tú también».

Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque las pruebas rápidas de antígeno son más económicas que las PCR y ofrecen resultados con rapidez, estas también son menos precisas y tienden a dar positivo cuando la muestra se toma en el momento en el que el sujeto vive la fase más infecciosa de la enfermedad.

Asimismo, la OMS señala que entre los síntomas habituales de la covid-19 están la pérdida del gusto y del olfato. Estos últimos le dieron a Lara tres días después haber presentado los primeros indicios de que estaba enferma, y continúan hasta la actualidad.

«Yo siempre he dicho que no es covid-19 y pienso que es un efecto secundario de la vacuna, porque no tiene otra explicación».

Si se tiene en cuenta que esta joven presentó los primeros síntomas el 10 de septiembre, semana que entra dentro del esquema radical, su contagio se pudo haber producido al menos dos semanas atrás.

La OMS detalla que el tiempo de exposición a la covid-19 y el momento que comienzan los síntomas es, de media, de cinco o seis días, pero puede variar entre uno y 14 días. Por ello se recomienda que las personas que hayan estado expuestas al virus se queden en casa, alejadas de otras personas, durante 14 días.

Nairobi Lara cree que en caso de haberse contagiado, esto pudo haber sido en su trabajo, en el metro o en las camionetas que usa para ir o volver del trabajo a su casa.

Desde por lo menos el mes de julio, los casos de covid-19 en Caracas y Miranda han ido aumentado independientemente de si la semana es flexible o radical.

Entre julio y agosto los casos en el estado Miranda aumentaron un 143,56%, pasando de 1.756 contagios durante el mes de julio a 4.277 en agosto. Algo similar ocurrió en Caracas, los casos crecieron en un 100,66%, registrando 2.110 nuevos contagios en julio y 4.234 en agosto.

Hospitales y clínicas llenos de contagiados en Caracas y Miranda
Los datos publicados por el INE en el 2015 refieren que el estado con mayor cantidad poblacional es el Zulia, con 4.146.100 personas, seguido de Miranda y Caracas.

Recientemente, el vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo, Freddy Ñáñez, publicó el primer balance oficial sobre los avances de la jornada de vacunación en el país, de cara a inmunizar antes de que culmine el año al 70% de toda la población venezolana.

En Miranda se ha logrado inmunizar apenas a un 19% de la meta total, esto según datos oficiales, que refieren que en la entidad solo 428.412 personas están vacunadas con el esquema completo, mientras que 1.055.672 ya recibieron la primera dosis.

En Caracas, a esta fecha, ya se habría inmunizado por lo menos a la mitad de la meta total, es decir, un 37,4%, lo que se traduce en 531.125 personas, y 930.435 han recibido la primera dosis de su vacuna anticovid.

¿Está funcionando la vacunación para evitar los casos moderados y severos de la enfermedad?, pues todo apunta a que sí.

Datos recopilados por Monitor Salud, dan constancia de que en las primeras cuatro semanas de septiembre la cantidad de hospitalizados en 10 hospitales designados como centinelas para la atención de casos de covid-19 en Caracas y Miranda, es de 1.875 pacientes y en promedio 61 casos en las unidades de cuidados intensivos (UCI).

Dos fallecidos y 199 contagios de coronavirus se registraron este #2Ene – covid-19 UCI

Si se compara con meses anteriores, la cantidad de hospitalizados ha incrementado, pero los pacientes en UCI se han mantenido en una tendencia casi igual a los casos registrados durante los meses de junio, julio y agosto.

Cada vez son menos los pacientes que requieren estar internados en un centro de salud luego de haberse contagiado con covid-19. Tal es el caso de Héctor Rojas, de 51 años, quien hace apenas dos semanas se contagió con esta enfermedad.

«Enfermar de covid fue una suerte de montaña rusa emocional. Al principio, los síntomas fueron leves, apenas una congestión nasal, posiblemente una alergia que fue aumentando. Pensé que era un resfriado», aseguró.

El 13 de septiembre comenzaron todos estos síntomas, que culminaría más tarde con un diagnóstico de covid-19. «Los síntomas fueron incrementando, hasta que apareció la fiebre, ahí me empezó a preocupar, se prendieron las alarmas. Pero pensaba, el gusto está bien, igual que el olfato, no hay dolor de garganta, no hay dolor de cabeza».

Rojas intentaba tranquilizarse psicológicamente, el miedo de contraer aquella enfermedad de la que se había librado por tanto tiempo estaba muy latente.

«Intentaba estar tranquilo, diciéndome que tengo la vacuna, las dos dosis, si es que lo que tengo es covid finalmente».

Ya para el día jueves, cuatro días después de la aparición de los primeros síntomas Héctor Rojas había perdido el gusto y el olfato, la fiebre seguía y la preocupación aumentaba.

«Me dije, caramba, esto es covid, cómo me va a agarrar esto. Empezaron todas las preocupaciones, los cuentos que uno conoce, que este murió, que al otro lo entubaron, no sé quién tiene secuelas», todo esto comenzó a pasar por su cabeza en el momento que los síntomas comenzaron a juntarse.

Desde la aparición del primer síntoma, Rojas decidió aislarse, sobre todo ante en intento fallido de practicarse la prueba en un hospital público de Catia para saber si tenía o no el virus.

El fin de semana, luego de cinco días, los síntomas comenzaron a disminuir, pero la insistencia de conocer el diagnóstico crecía con los días.

El lunes 20 de septiembre unos médicos asistieron a su casa y confirmaron el diagnóstico. «Usted tiene covid-19, pero ya no había fiebre, la temperatura estaba normal, persistía un poco la congestión y tenía cero voluntad de hacer nada».

Rojas superó los estragos del covid-19 en su casa, sin mayores percances. Sin embargo, jamás pensó que al bajar un poco la guardia el virus lo estaría esperando. «Es que no depende de uno, mucha gente no tiene conciencia siquiera de que el uso del tapabocas es más para proteger a los demás que a uno mismo, y mucha gente joven no usan tapabocas porque como son jóvenes están seguros de que no les va a dar muy fuerte la enfermedad, sin pensar en padres, abuelos, amigos o compañeros que tienen más edad y podrían tener en riesgo su vida. Entonces, si no hay esa conciencia y ese sentido común, pues se multiplican las posibilidades de contagio”.

Recientemente, el presidente de la Asociación Capital Clínicas y Hospitales de la Clínica Santa Sofía, Germán Cortez, advirtió que los casos de covid-19 habían aumentado en Caracas y Miranda, observando un incremento de pacientes con esta enfermedad en 11 centros de salud privados que están dentro de esta asociación.

Además, advirtió que si bien la ocupación de las áreas destinadas a casos de covid-19 es de un 75%, desde las últimas tres semanas, cuando se ha comenzado a observar este repunte, la mayoría de los pacientes que están siendo ingresados en UCI son personas que no están vacunadas o tiene solo la primera dosis y tienen patologías de base.

Refirió que los pacientes llegan en «peores condiciones» a las clínicas porque los pacientes tardan mucho en consultarse con el médico, ya sea por miedo o por el costo en dichos centros para atenderse. Afirmó que han llegado personas en tan malas condiciones de salud que han tenido que ser llevadas directamente a la UCI para recibir respiración asistida.