Alto funcionario del Vaticano dice se debe «pensar seriamente» en permitir matrimonio de sacerdotes

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Un funcionario importante del Vaticano y asesor del papa Francisco ha planteado la necesidad de que la Iglesia Católica revise el requisito de celibato para los sacerdotes. En una entrevista reciente, el arzobispo Charles Scicluna de Malta, quien también es secretario adjunto en la oficina doctrinal del Vaticano, expresó su opinión de que la Iglesia debería «pensar seriamente» en permitir que los sacerdotes se casen.

Scicluna reconoció que esta declaración podría sonar herética para algunos, pero insistió en que es importante considerar esta posibilidad. Aunque el papa Francisco ha descartado cualquier cambio en la regla actual, que exige que los sacerdotes sean célibes, Scicluna señaló que esta no es una doctrina formal de la Iglesia y, por lo tanto, podría ser modificada en el futuro por otro papa.

El arzobispo destacó que en los primeros siglos de la historia de la Iglesia, los sacerdotes podían casarse, y que en el rito oriental de la Iglesia católica actualmente se permite el matrimonio de los sacerdotes. Scicluna también mencionó que ha presenciado cómo muchos buenos sacerdotes abandonan su vocación debido a la imposibilidad de formar una familia.

Si bien reconoció que el celibato tiene un lugar en la Iglesia, Scicluna argumentó que también es importante considerar el hecho de que los sacerdotes pueden enamorarse y tener que enfrentar la difícil elección entre su amor y el sacerdocio. Algunos sacerdotes, según el arzobispo, mantienen relaciones sentimentales en secreto para lidiar con esta situación.

El debate sobre si los sacerdotes católicos deberían tener la posibilidad de casarse ha existido durante siglos. Aunque en el rito oriental de la Iglesia católica, así como en otras denominaciones cristianas, se permite el matrimonio de los sacerdotes, hay quienes argumentan que el celibato permite a los sacerdotes dedicarse por completo a su labor pastoral.

En 2021, el papa Francisco rechazó una propuesta para permitir la ordenación de algunos ancianos casados en zonas remotas de la Amazonia, donde la presencia de un sacerdote es escasa. Aunque esta propuesta fue descartada, el debate sobre el celibato sacerdotal continúa y es posible que en el futuro se produzcan cambios en la postura de la Iglesia Católica Romana.