El número de víctimas mortales como resultado de los intensos bombardeos llevados a cabo por el Ejército de Israel en la Franja de Gaza en respuesta a los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el 7 de octubre ha aumentado a 3.500, según informaron las autoridades palestinas este jueves.
El Ministerio de Salud, dependiente de la Autoridad Palestina, ha señalado que más de 12.000 personas resultaron heridas en los bombardeos, y que otros 69 palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes en Cisjordania.
Además, el Ministerio de Salud de Gaza ha informado a través de su cuenta en Telegram que más de 1.300 palestinos resultaron heridos en Cisjordania desde el inicio de los combates después de los ataques de Hamás, que dejaron cerca de 1.400 muertos y más de 200 secuestrados en territorio israelí.
El portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al Qidra, denunció el miércoles que «las sucesivas masacres perpetradas por la ocupación israelí constituyen una limpieza étnica» en la Franja de Gaza, según informa el diario palestino ‘Filastin’, vinculado a Hamás.
Al Qidra también destacó que los ataques del Ejército de Israel contra instalaciones médicas en el enclave, controlado por el grupo islamista, incluida la «indescriptible masacre» en el hospital Al Ahli, que dejó más de 470 muertos, representan «una grave amenaza para el sistema de salud».
Tanto Hamás como la Autoridad Palestina han acusado a Israel de bombardear el hospital, en el que se encontraban miles de pacientes, familiares y refugiados, mientras que Israel ha afirmado que el centro fue alcanzado por un proyectil disparado por la Yihad Islámica. Por su parte, los países de la región han condenado unánimemente el papel de Israel en estos hechos.
Tanto las Naciones Unidas como varias ONG han advertido sobre el agravamiento de la crisis humanitaria en Gaza debido al «cerco total» impuesto por Israel. Sin embargo, Israel anunció el miércoles que permitirá la entrada de ayuda humanitaria a la Franja desde Egipto.
No obstante, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que romperá este compromiso si esos bienes llegan a manos de Hamás. Horas después, Egipto confirmó un acuerdo para abrir el paso de Rafá y enviar ayuda humanitaria al enclave palestino.