El economista director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, considera que un embargo petrólero de la Unión Europea podría ser el comienzo de la mayor crisis energética desde los años 70, con importantes implicaciones en el mundo, especialmente para Europa.
De acuerdo con la explicación de Oliveros, a través de Twitter, la medida está pensada para negar a Rusia los ingresos petroleros que utiliza para financiar la guerra en Ucrania, dado que las exportaciones rusas de petróleo -según datos aportados por el economista- representaron 45 % del presupuesto federal del año pasado.
«La producción petrolera de Rusia se ha mantenido más resistente de lo esperado, a pesar del llamado embargo de los compradores (ya que los comerciantes rehúyen parte del crudo) y de la propia prohibición de Estados Unidos sobre el petróleo ruso», dijo Oliveros.
El economista recuerda como en marzo, la Agencia Internacional de Energía proyectó una caída en la producción de crudo en Rusia de 3 millones de barriles solo en abril, pese a los números superiores a 11 millones de bd/crudo antes de la invasión. Aun así, la cifra de la caída ha sido mucho menor.
Otro punto que destacó Oliveros fue como OilX, una empresa de análisis que rastrea los envíos mundiales de petróleo, dijo que la producción a finales de abril era de 9,85 mn b/d. Sin embargo, «los ingresos de Rusia por la venta de petróleo se mantienen», afirma.
«Rystad Energy, una empresa de investigación, calcula que los ingresos fiscales del Kremlin por la venta de petróleo aumentarán un 45% este año, hasta los USD 180.000 millones, debido a la subida de los precios del crudo» recalca.
Desde la invasión rusa de Ucrania, sólo la UE ha pagado casi 50.000 millones de euros -y en aumento- por el combustible fósil ruso, incluidos más de 20.000 millones de euros en importaciones de petróleo, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio.
Al respecto, Oliveros sostiene que eso es mucho dinero que se perdería para la caja de guerra de Vladimir Putin. «El Kremlin trataría rápidamente de sustituirlo con exportaciones a otros compradores más dispuestos. Pero allí el tema se complica para Rusia».
Continúa: «Alrededor de 750.000 de los 2,2 millones de b/d de exportaciones de crudo de Rusia a Europa van por oleoducto. Enviar ese petróleo a Asia en su lugar necesitaría una ampliación de la infraestructura de exportación costosa y que llevaría mucho tiempo».
«Mientras tanto, dado que Rusia carece de mucho almacenamiento interno y las refinerías ya están reduciendo su actividad, algunos yacimientos podrían tener que reducir su producción. Es posible que los más antiguos no vuelvan a ponerse en marcha».
«Dirigir todo su petróleo hacia Asia en lugar de Europa pondría a Rusia en competencia con Arabia Saudí y otros productores del Golfo. Entrar en otros mercados obligará a Rusia a seguir descontando su petróleo. Ya los descuentos son significativos y podrían ser mayores».
Oliveros agrega las complicaciones que también podría tener la Unión Europea: «el mundo está escaso de petróleo, especialmente de productos refinados suministrados por Rusia. Las 2 únicas regiones que podrían aumentar el suministro para cubrir carencias (OPEP y esquisto) no parecen dispuestas a hacerlo al ritmo necesario».
«Rusia podría tomar represalias, poniendo fin a los envíos antes de lo previsto o cortando el suministro de gas natural, hundiendo la economía europea. Romper su dependencia del petróleo ruso será, según reconoció Alemania, costoso».
Asegura que ningún político occidental ha demostrado realmente que esté dispuesto a tolerar un aumento de los precios del combustible por el bien de Ucrania. «Los costosos subsidios al combustible podrían formar parte de un embargo. La presión fiscal sobre la UE aumenta, subraya.
Asevera que Estados Unidos y la Unión Europea seguirán con los esfuerzos para que otras regiones no compren petróleo ruso, imponiendo sanciones secundarias.
Tras esto, es que los recortes de producción vendrán: La AIE sigue pensando que se perderán 3 millones de b/d de petróleo ruso a partir de este mes. Morgan Stanley dice que 2 millones.
«Si un embargo de la UE es el precursor de un esfuerzo occidental mucho más amplio para cortar la energía rusa del resto del mundo, esas cifras -y el precio actual del petróleo- podrían ser demasiado bajas. Creo que estamos por enfrentar la mayor crisis de energía desde los año 70», concluye.