La contaminación plástica en los océanos está alcanzando niveles alarmantes, con una estimación de 8,75 millones de toneladas métricas por año. Esta creciente problemática está teniendo un impacto negativo en los ecosistemas, las sociedades y las economías a nivel mundial. Se ha documentado que al menos 1288 especies marinas han ingerido plásticos, y casi 400 especies de peces consumen microplásticos.
Un nuevo estudio publicado en Environmental Pollution revela hallazgos preocupantes: se han encontrado partículas microscópicas de plástico en las grasas y los pulmones de dos tercios de los mamíferos marinos examinados. Esto sugiere que los microplásticos pueden migrar fuera del sistema digestivo y alojarse en los tejidos de estos animales.
Aunque aún no se ha determinado el daño que los microplásticos incrustados pueden causar en los mamíferos marinos, otros estudios han implicado a los plásticos como posibles imitadores de hormonas y disruptores endocrinos.
Greg Merrill Jr., un estudiante graduado de la Universidad de Duke a cargo de la investigación, comentó: «Esta es una carga adicional además de todo lo demás que enfrentan: el cambio climático, la contaminación, el ruido. Ahora no solo están ingiriendo plástico y lidiando con los pedazos grandes en sus estómagos, también están siendo interiorizados. Alguna proporción de su masa ahora es plástico».
Las muestras utilizadas en el estudio se obtuvieron de animales varados o recolectados entre 2000 y 2021 en Alaska, California y Carolina del Norte. Se analizaron tejidos de 32 animales de 12 especies diferentes, incluyendo una foca barbuda que también presentaba plástico en sus tejidos.
Las partículas de plástico identificadas en las muestras oscilaban entre 198 y 537 micrones de tamaño. Es importante destacar que estas partículas no solo representan una posible amenaza química, sino que también pueden desgastar los tejidos de los mamíferos marinos.
El equipo de investigación planea realizar pruebas de toxicología de partículas plásticas utilizando líneas celulares cultivadas a partir de tejido de ballena biopsiado, con el objetivo de comprender mejor el impacto metabólico de los microplásticos en estos animales.
En cuanto a la composición de los microplásticos encontrados en los tejidos de los mamíferos marinos, las fibras de poliéster, un subproducto común de las lavadoras, fueron las más comunes. También se identificó polietileno, un componente común de los envases de bebidas. El plástico azul fue el color más frecuente encontrado en los tejidos analizados.
Un estudio publicado en Nature Communications en 2022 estimó que una ballena azul que se alimenta por filtración podría ingerir más de 443 kilos de desechos plásticos por día mientras atrapa pequeñas criaturas en la columna de agua.
Greg Merrill concluyó diciendo: «Esto simplemente subraya la ubicuidad de los plásticos oceánicos y la magnitud de este problema. Algunas de estas muestras datan de 2001. Esto ha estado sucediendo durante al menos 20 años».
Es evidente que la contaminación plástica en los océanos es un problema grave y urgente que requiere una atención y acción inmediatas. La adopción de medidas para reducir el uso de plásticos y promover prácticas sostenibles es fundamental para revertir esta situación y proteger la salud de los mamíferos marinos y los ecosistemas marinos en general.
Por Infoabe