Bolivia recurre al “bombardeo de nubes” para combatir una aguda sequía

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La prolongada sequía en Bolivia ha empeorado debido al fenómeno de El Niño, lo que ha llevado al país a implementar una técnica de estimulación de lluvias que ha demostrado ser exitosa. La grave crisis hídrica ha obligado a las autoridades a recurrir a la «siembra» o «bombardeo» de nubes, una técnica que ya se había utilizado en años anteriores. Consiste en aplicar yoduro de plata a las nubes para provocar lluvias. Los resultados han sido tan positivos que se está considerando replicar esta estrategia en otras regiones del país.

En el departamento de Beni, ubicado en la zona amazónica boliviana, se ha declarado el estado de desastre debido a la sequía. Más de 100 municipios en todo el país también se encuentran en la misma situación, incluyendo Tarata, en Cochabamba, donde la Voz de América pudo observar los efectos de la sequía desde una aeronave de la Fuerza Aérea Boliviana.

El lago Titicaca, que se encuentra en la frontera entre Perú y Bolivia y es uno de los más grandes de América del Sur, también ha sido afectado por la sequía. Los niveles de agua están alcanzando mínimos históricos debido a la falta de lluvias y al fenómeno de El Niño, que disminuye la cantidad de precipitaciones en la zona. Además, estas condiciones climáticas extremas se están volviendo más comunes a nivel mundial debido al cambio climático, lo que intensifica los efectos de El Niño.

La sequía está llegando a niveles críticos para la agricultura de la región. Si no llueve a principios de diciembre, no será posible sembrar patatas, uno de los alimentos fundamentales para las comunidades rurales y las ciudades de Bolivia.

La disminución del lago Titicaca es un reflejo de un problema regional y mundial que está relacionado con el cambio climático. Según los expertos, el 95% de la pérdida de agua del lago se debe a la evaporación, lo que demuestra claramente la influencia del cambio climático.

Los residentes de Tarata, como Abel Córdova, están sufriendo las consecuencias de la sequía. A pesar de estar en la temporada de siembra, no hay lluvias ni suficiente agua para regar los cultivos. La falta de agua está afectando no solo a los seres humanos, sino también a los animales. En palabras de Córdova: «Si no hay agua, no hay vida».

La situación en Bolivia es preocupante, y es necesario tomar medidas urgentes para hacer frente a la sequía y sus consecuencias. La técnica de estimulación de lluvias ha demostrado ser efectiva, pero se necesitan soluciones a largo plazo para abordar el cambio climático y garantizar un suministro adecuado de agua en el futuro.