A medida que la economía china se estanca y la represión gubernamental se intensifica, los jóvenes chinos están experimentando desilusión y malestar. Aunque muchos todavía respaldan al Partido Comunista y a Xi Jinping.
Los jóvenes chinos están experimentando una profunda desilusión en medio de la desaceleración económica y la represión gubernamental. En las décadas posteriores a la apertura de China, muchos jóvenes chinos crecieron con grandes expectativas de un futuro próspero. Sin embargo, desde que Xi Jinping asumió el poder en 2012, el país ha experimentado un aumento en la represión, restricciones en Internet y una ideología personal dominante.
El Partido Comunista ha buscado dirigir a los jóvenes hacia los objetivos del partido, pero muchos de ellos cuestionan por qué deberían seguir estas recomendaciones. La economía china está estancada y la tasa de desempleo entre los jóvenes en las ciudades es alta, lo que ha llevado a una sensación de desesperanza. Los jóvenes licenciados universitarios se enfrentan a una brecha entre los conocimientos adquiridos y las demandas de los empleadores. Además, los altos precios de la vivienda y la falta de oportunidades laborales han hecho que muchas de sus aspiraciones, como comprar una casa o formar una familia, parezcan inalcanzables.
En respuesta a esta desilusión, las redes sociales chinas reflejan un ambiente cada vez más sombrío. Muchos jóvenes expresan su rendición ante la situación y muestran su descontento con términos como «tangping» (tumbarse) y «bailan» (dejar que se pudra).
Xi Jinping ha instado a los jóvenes a enfocarse en los objetivos del partido y en construir una China fuerte. Sin embargo, para muchos jóvenes, estos llamados carecen de resonancia. A pesar de la retórica y las políticas gubernamentales, la generación más joven está sintiendo que las promesas de un futuro próspero se están alejando.
El partido enfrenta el desafío de mantener la lealtad de la juventud china y fomentar su participación en la construcción del futuro del país. La realidad económica y las restricciones gubernamentales han creado un clima de desencanto y desesperanza. Aunque las protestas en China han sido limitadas hasta ahora, existe la posibilidad de que el malestar se convierta en un desafío político en el futuro.
Las respuestas del partido incluyen medidas para frenar la especulación inmobiliaria y mejorar las condiciones laborales de los jóvenes. Sin embargo, el verdadero desafío radica en cómo el partido puede abordar las aspiraciones individuales y las oportunidades limitadas que los jóvenes están experimentando en la China actual. El partido también enfrenta la competencia de otros países que pueden ofrecer alternativas y oportunidades a los jóvenes chinos descontentos.
En resumen, la desilusión económica y la represión gubernamental están generando malestar entre la juventud china. A pesar de la lealtad hacia el Partido Comunista, muchos jóvenes cuestionan las recomendaciones del partido y sienten que las oportunidades para un futuro próspero se están desvaneciendo. Esto plantea desafíos significativos para Xi Jinping y el partido en su intento de mantener la estabilidad y la lealtad de la juventud en China.
The Economist