China reanuda los lazos con Venezuela ante la mirada atenta de Estados Unidos

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La renovada relación con Beijing no ha pasado desapercibida en la televisión estatal venezolana, con frecuentes segmentos que han destacado proyectos bilaterales durante el último mes

Por Patricia Laya y Fabiola Zerpa / Infobae

Venezuela y China están restableciendo sus vínculos después de años de distanciamiento, lo que queda en evidencia ante la reanudación de los contactos entre ambos Gobiernos y la introducción de proyectos conjuntos en lo que representa un desafío para Washington.

El mes pasado, se reunieron en Caracas altos funcionarios de China, el mayor acreedor de Venezuela, y colaboradores cercanos del presidente Nicolás Maduro para discutir la reestructuración de la línea de crédito de larga data de Venezuela, según personas con conocimiento del tema. Ambas partes también hablaron sobre potenciales áreas para renovar la colaboración, como las telecomunicaciones y el petróleo, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas debido a que se trata de una estrategia interna.

Una distensión de las relaciones con China le ofrecería a Maduro un poderoso aliado, así como la posibilidad de un nuevo conducto para las ventas de petróleo, mientras que potencialmente le daría más influencia con Estados Unidos en medio de los intentos de Washington por llevar más crudo al mercado a precios más bajos para los votantes estadounidenses. Venezuela tiene las mayores reservas conocidas del mundo, pero está sujeta a sanciones internacionales que han paralizado su capacidad para vender petróleo.

“Hoy por hoy, las relaciones entre China y Venezuela han alcanzado su mejor nivel de confianza mutua, cooperación y trabajo”, dijo Maduro el 27 de marzo en una transmisión en vivo al despedirse del embajador chino en Venezuela, Li Baorong. “Hay que profundizar cada vez más nuestras relaciones estratégicas con China”.

El compromiso se logra en un contexto de recrudecimiento en la rivalidad entre EEUU y China, y en medio de señales tentativas de que América Latina se está convirtiendo nuevamente en un destino para los préstamos chinos, lo que aumenta la influencia de Beijing en toda la región. La reunión del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con el presidente Xi Jinping el mes pasado puso de relieve el interés mutuo entre China y la economía más grande de América Latina.

El nuevo acercamiento también coincide con la normalización de la economía venezolana después de años de recesión cuando los lazos con China quedaron suspendidos, una pausa que se vio agravada por la pandemia de covid-19.

China se convirtió en un acreedor clave para Venezuela en 2007, cuando proporcionó fondos por primera vez para proyectos de infraestructura y petróleo bajo el mandato del difunto presidente Hugo Chávez. Datos públicos respaldan las estimaciones de que Beijing prestó más de USD 60.000 millones en créditos respaldados por petróleo a través de bancos estatales hasta 2015, alcanzando un nivel de inversión diplomática y financiera sin precedentes en América Latina y, quizás, en el mundo.

“Tocó fondo”
El apoyo de China llenó un vacío de inversión y seguridad causado por el distanciamiento de Caracas por parte de Washington durante décadas, y se volvió crucial para continuar el legado de socialismo de Chávez durante la transición a Maduro. La colaboración incluyó carreteras, puentes, centrales eléctricas y fábricas de procesamiento de alimentos, pero muchas de ellas nunca se terminaron o ya no están en uso.

“Las relaciones entre China y Venezuela se deterioraron gravemente durante la década pasada a causa del fracaso y corrupción endémica alrededor de los proyectos chinos en el país”, dijo Parsifal D’Sola, director del Centro de Investigación Chino Latinoamericano en Bogotá. “Hoy en día, el Gobierno chino percibe que la crisis venezolana tocó fondo y observa a un Maduro más estable en el poder y menos aislado en la región”.

Aunque hay pocos datos públicos, D’Sola, quien es fundador y director ejecutivo de la Fundación Andrés Bello, estima que la deuda pendiente ronda entre USD 11.000 millones y USD 12.000 millones, lo que significa que Venezuela ha pagado casi el 80% del total que le debe a China, que recibe petróleo como pago de la deuda. En los últimos años, Venezuela no ha podido enviar suficiente crudo para cumplir con sus obligaciones debido a que su producción se redujo fuertemente y los precios del crudo se desplomaron, lo que provocó una de las contracciones económicas más agudas de la historia moderna. Una serie de sanciones estadounidenses obstaculizó aún más la capacidad del país para exportar petróleo, su mayor fuente de ingresos.

La estatal Petróleos de Venezuela SA actualmente está llevando a cabo una exhaustiva revisión de los contratos después de descubrir que faltan miles de millones de dólares en ingresos petroleros. Entre el 5% y el 10% de esas exportaciones se destinarían al pago de deuda, dijeron las personas.

“El Gobierno venezolano ha avanzado mucho en el pago de la deuda con crudo”, dijo Rodolfo Sanz, legislador del Gobierno de Maduro y ex ministro de Industrias Básicas y Minería, quien es vicepresidente del Grupo de Amistad Parlamentaria Venezuela-China. Es hora de que Venezuela eleve “el estatus de las relaciones económicas y políticas con China”, señaló.

La producción de la iniciativa conjunta Sinovensa de China National Petroleum Corp., un productor clave en el cinturón del Orinoco de Venezuela, prácticamente se duplicó a 90.000 barriles por día a principios de abril, según datos de PDVSA a los que Bloomberg tuvo acceso. La producción todavía se encuentra cerca de un 40% por debajo de los niveles históricos de 160.000 barriles por día de 2015.

En otra señal de estrechamiento de lazos, el alto diplomático chino y ex asesor de la Embajada china en Venezuela Lan Hu acaba de regresar a Caracas como embajador tras cuatro años en la Cancillería de Beijing y un lapso como embajador en la vecina Colombia.

“China y Venezuela son socios estratégicos integrales y ambos países siempre han seguido el principio de igualdad y beneficio mutuo”, señaló el Ministerio de Relaciones Exteriores de China en respuesta a preguntas sobre las nuevas relaciones con Caracas. “La cooperación práctica basada en el principio de cooperación y comercialización de beneficio mutuo genera ventajas tangibles para los dos pueblos”, dijo, declinando comentar sobre aspectos específicos de la relación.

El Departamento de Estado de EEUU no respondió a tiempo para la publicación después de varias solicitudes de comentarios.

La renovada relación con China no ha pasado desapercibida en la televisión estatal venezolana, con frecuentes segmentos que han destacado proyectos bilaterales durante el último mes, como una reciente invitación de Beijing para ayudar a construir una base lunar en aproximadamente cinco años. Venezuela no tiene antecedentes de exploración espacial.

La empresa china Huawei Technologies Co., que ha estado presente en Venezuela durante dos décadas, ha contratado a más de 100 empleados en Caracas en el último año, según dos de las personas.

En 2019, Maduro le pidió a Huawei que ayudara a construir tecnología 4G en todo el país, solo unos días después de que el ex presidente Donald Trump firmara una orden ejecutiva que restringía a las empresas de telecomunicaciones chinas la venta de sus equipos en EEUU. Los representantes de prensa de Huawei en Venezuela no respondieron a una serie de solicitudes de comentarios.

“Nunca iba a darse el caso de que China simplemente se fuera” de Venezuela, dijo Margaret Myers, directora de Diálogo Interamericano y miembro de Wilson Center. “Siempre iba a ser que esperaría su momento”.

Para Sanz, el legislador del oficialismo venezolano, China es “un aliado estratégico de primer orden”.

“A pesar de que los volúmenes de intercambio comercial son menores al pasado, China sigue viendo a Venezuela como un país importante”, dijo. “Y nosotros seguiremos siendo un país importante para China porque tenemos cosas que ofrecer”.