La Defensoría del Pueblo de Colombia denunció este domingo (21.05.2023) el asesinato de cuatro niños pertenecientes al pueblo indígena Murui en la Amazonía colombiana, a manos de disidentes de las FARC. Estos rebeldes se encuentran en una tregua bilateral con el Gobierno de Gustavo Petro.
Con información de DW
Según informes iniciales de las comunidades indígenas de la zona, los niños habían sido reclutados forzosamente por los rebeldes que se apartaron del pacto de paz que desarmó a las FARC en 2017, la antigua guerrilla más poderosa de América.
La Defensoría del Pueblo confirmó la denuncia y detalló en un comunicado que los «cuatro niños y adolescentes» fueron ejecutados en los límites entre los departamentos de Caquetá y Amazonas (sur) después de haber desertado del Frente Carolina Ramírez, una de las facciones disidentes de las FARC que se sumó a un cese al fuego bilateral propuesto por el Gobierno el 1 de enero.
Estos grupos disidentes, conocidos como Estado Mayor Central de las FARC (EMC), que no se adhirieron al pacto de paz de 2017 y cuentan con alrededor de 3.000 combatientes, están a punto de iniciar un nuevo proceso de paz con el Gobierno de Petro, a pesar de varias violaciones al alto el fuego.
Las autoridades y las comunidades indígenas no han proporcionado información precisa sobre las edades de los fallecidos. Hasta ahora, solo se conoce el nombre de uno de ellos: Luis Alberto Matías Capera, reclutado a finales de marzo en un pueblo del departamento de Putumayo y asesinado a tiros el 17 de mayo junto a los otros tres niños.
La Defensoría hizo un llamado enérgico y denunció que reclutar y asesinar a niños y adolescentes de comunidades indígenas constituye graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH).
El presidente Petro calificó el múltiple asesinato como «un crimen atroz, una bofetada a la paz» y anunció medidas frente a estos hechos.
Por su parte, los voceros del EMC se abstuvieron de hacer comentarios hasta que se obtenga información verificada por completo con sus frentes en la zona.
Colombia continúa enfrentando un conflicto armado que persiste después del acuerdo de paz, involucrando a rebeldes, narcotraficantes y agentes estatales en una larga guerra que ha dejado más de 9 millones de víctimas. Petro, el primer mandatario de izquierdas en la historia de Colombia, está dialogando con guerrillas, grupos armados de origen paramilitar y bandas del narcotráfico para poner fin a la violencia en el país, el mayor productor de cocaína del mundo