Tres de los nuevos comandantes de componente en Venezuela, el del Ejército, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Milicia, han generado controversia debido a su ubicación en los últimos lugares de sus promociones académicas. Solo el comandante de la Armada destaca por su alto rendimiento en su graduación. Por otro lado, los comandantes ratificados, el Ministro de la Defensa, el Comandante Estratégico Operacional y el comandante de la Aviación, se encuentran entre los primeros lugares de sus promociones.
Con información de Sebastiana Barráez / Infobae
Estos nombramientos han llamado la atención debido a que los nuevos comandantes del Ejército y de la Milicia se encuentran en posiciones bajas en el mérito de orden de sus respectivas promociones. Esto ha generado preocupación y cuestionamientos sobre la selección y preparación de los altos mandos militares en el país.
Es importante destacar que los cargos ocupados por estos oficiales son de gran importancia en el Alto Mando Militar Ampliado y la selección de comandantes con bajas calificaciones académicas ha generado críticas en cuanto a la idoneidad y capacidad de liderazgo en dichas posiciones.
Los cambios en el Alto Mando Militar han revelado una cierta inseguridad por parte del presidente Nicolás Maduro para realizar cambios profundos en la institución castrense. Sin embargo, en esta ocasión se ha optado por sustituir a una parte importante de los altos mandos.
El nuevo comandante de la GNB, quien se graduó en la promoción «Batalla de Bárbula» en el lugar 110 de 161 egresados, asumió su cargo después de haber sido director de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en un momento complicado para ambas instituciones debido a los eventos ocurridos en 2019, como el levantamiento en el sector Cotiza y la Operación Libertad.
Las decisiones de nombramientos en el ámbito militar han generado opiniones encontradas, especialmente en cuanto a la calidad y capacidad de liderazgo de los nuevos comandantes. Estos hechos han llevado a cuestionamientos sobre el proceso de selección y la importancia de mantener los estándares académicos y de experiencia en la designación de altos mandos militares.