El levantamiento de las sanciones de Estados Unidos a Venezuela marca un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales
Recientemente, Washington anunció la eliminación de algunas restricciones a las exportaciones de petróleo y otros activos venezolanos en respuesta a un acuerdo entre el gobierno de Nicolás Maduro y una delegación de la oposición. Este acuerdo contempla la celebración de elecciones presidenciales en 2024. Estados Unidos ha acusado a Maduro de liderar un régimen autoritario y ha exigido durante años el restablecimiento de la democracia. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, describió el acuerdo como un paso necesario en esa dirección.
Este cambio en las relaciones bilaterales ya ha tenido algunas consecuencias visibles, como la liberación de seis opositores encarcelados en Venezuela y la llegada de vuelos con venezolanos deportados desde Estados Unidos. Sin embargo, las sanciones han sido levantadas solo por seis meses y aún quedan muchas incógnitas por resolver en el camino hacia una normalización política completa en Venezuela.
El levantamiento de las sanciones supone un cambio significativo en la estrategia de «máxima presión» que Estados Unidos ha seguido hacia Caracas desde 2019, abriendo un escenario diferente al de los últimos años. Se han emitido licencias generales que autorizan a Venezuela a producir y exportar petróleo sin limitaciones durante seis meses. Además, se han levantado restricciones a la exportación de gas y a la minera estatal venezolana Minerven, que exporta oro y otros minerales. Esto facilitará las actividades comerciales del Estado venezolano en el extranjero.
Venezuela ha sufrido una grave crisis económica durante el mandato de Maduro, con una caída significativa en su Producto Interno Bruto y una alta emigración de venezolanos. Aumentar los ingresos por la venta de petróleo se vuelve especialmente urgente para el gobierno, sobre todo en un año electoral. Esto podría permitir destinar recursos a subsidios y programas asistenciales que han sido afectados por la crisis. Sin embargo, los expertos señalan que la recuperación de la industria petrolera venezolana llevará tiempo y requerirá una gran inversión.
Por otro lado, el alivio de las sanciones también puede ser visto como un intento de Estados Unidos de aliviar la presión migratoria en su frontera sur y contrarrestar las críticas de sus rivales políticos. La deportación de venezolanos indocumentados puede ser una forma de aliviar la situación y mejorar la imagen de Biden. Sin embargo, los expertos señalan que la contribución de Venezuela al suministro mundial de petróleo será pequeña y es poco probable que tenga un impacto significativo en el precio de la gasolina en Estados Unidos.
Aunque el levantamiento de las sanciones supone un cambio importante, la consolidación de los avances dependerá de la resolución de varios asuntos clave, como la viabilidad de la candidatura de María Corina Machado y un posible acuerdo entre el gobierno y la oposición venezolana. La situación política y económica en Venezuela sigue siendo incierta y requerirá de más acciones para lograr una normalización completa.